8.1.10

Plastik

Y me puse linda. Sabía que nunca iba a llegar a ser linda del todo pero no podía negar que resultaba interesante. Mis labios de rojo carmesí resaltaban frente la sobriedad de mi vestido ajustado negro y mi cabello tan convencional, mi cartera plateada, mis zapatos clásicos. Había estado dos horas para bañarme, vestirme y maquillarme, para salir adelante con este barco y verme reflotar. Me miré al espejo, mi piel parecía porcelana, mis ojos lucían gigantescos al igual que mi tristeza. Volví a mirarme, y al fin me vi. Todo había terminado. No había razones para verme así más que enmascararme, adentro sólo quedaba la cáscara de lo que un día había sido. Labios rojos, rimel, la promesa de un mañana mejor, perfume Chanel, nada.

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