25.3.12

Meanwhile, talking to Fede

Bueno, voy a cambiar el slogan por "Tuvimos mala suerte".
Así no es tan negativo.
Ni tan absoluto.
(Y mi cabeza Poli pensó: "los valores absolutos jamás son negativos, you bruta")

23.3.12

Nevermind, I'll find someone like you. I wish nothing but the best for you. Don't forget me, I beg. I remember you said: "Sometimes it lasts in love and sometimes it hurts instead"

16.3.12

Yo también

Me estoy convirtiendo en esas tristes attention whores que podemos tipificar. No, no las de boca de pato, sino las otras. Estoy afianzándome como la de las frasecitas y la fotografía artística, de esas que son pseudo-intelectuales y les gusta Pink Floyd.
De hecho, no es sólo una pantalla. Estoy volviéndome bastante exquisita. Me visto con ropa smart/casual, una onda Liverpool-París, hablo seis idiomas (entre ellos el infaltable francés, tan cliché), mis comentarios en facebook son fríos e impersonales, sin errores de ortografía y terriblemente moderados, no feelings. Escucho rock británico, principalmente de los '70/'80 y encuentro atractivos a los esqueléticos y pálidos ingleses de pelo renegrido que se hicieron famosos por esos años.

Sí, estoy siendo como esas que se hacen las interesantes. Que parece que tienen un discurso, pero que no dicen nada.
Estoy queriendo, definitivamente, llamar la atención a costa de convertirme en la tipología esta que me gusta tanto. Este tipo de mina en blanco y negro, que no cree en dios y lee mucho mientras escucha Radiohead.

Pero todavía no lo soy del todo.
Porque todavía sigo encontrando a las otras enigmáticas y atractivas.
Inalcanzables.

Ya voy a ser así, enteramente. Y supongo que después me cansaré.

- - -

¿Si me gusta o no?
Obvio que no me gusta pertenecer a ninguna tipología. Pero vamos, nos hacemos los distintos y todos queremos encajar. (Y en algún que otro grupo finalmente lo hacemos).

Supongo que tendré que trabajar en estos problemas de la pseudo-individualidad.

13.3.12

Ksawery

No podía salir del trance. Hacía meses que venía intentando por todos los medios, probando todas las soluciones posibles, pero no había caso.
Le había dicho a Molly que hablaran, que aclararan las cosas; pero ella, tan resuelta y punzante como siempre había sentenciado que ya no había nada más que hablar.
"No entiendo"
se repetía una y otra vez Ksawery, "nos amábamos".
Miró por última vez esa fotografía en blanco y negro del último beso y se dispuso a salir por la puerta tras un largo suspiro.

Ya en la calle, blanca y resplandeciente, vio transitar caras desconocidas de ciudadanos dublineses, una radiografía en rojo y negro del huracán dentro de él.

"Voy a tomar algo", resolvió al tiempo que se acercaba a un Pub. Hacía tiempo que no disfrutaba de la ciudad solo.

El interior, negro y verde proyectaba su estado interior y luego de sentarse alejado en la barra se dispuso a tomar un trago sin tener que rendirle cuentas a nadie.

"Pts... pts"

¿Qué? Se escuchaba una voz suave llamándolo por detrás. Ksawery no sabía si darse vuelta o dejarse simplemente fluir, continuar pegado a esa barra del bar sin que nada lo distrajese del fondo del vaso. Ella, la tormenta que empezaba a desarrollarse o el chistido de fondo.

"¡Ey!"

Sin poder evitarlo Ksawery se volteó.

Allí estaba, la última persona que pensaba encontrarse allí, tan angelical como siempre, su guardiana.

"¿Por qué no volteabas?" le sonrió hacia un costado sin mostrar los dientes. Su imagen destellaba una extraña aura de paz.
A él le dio vergüenza contestar y se limitó a hacerle espacio en su rincón tras la barra.

"Me imaginé que ibas a venir aquí" comenzó ella sin darle más rodeos al asunto "es donde venías antes de conocerla..." su mirada se hallaba perdida en el fondo de la copa que parecía atraerla a sobremanera.

Él ya casi no podía acordarse de esa época, había sido tanto tiempo atrás que no se reconocería a sí mismo si se viera. Molly lo había transformado, le había abierto un mundo de nuevas posibilidades, de nuevos caminos, de nuevas historias. A él, hombre obcecado y de pocas palabras, había logrado llevarlo a un mundo de pasiones, de incertezas, de instintos que jamás pensó que había tenido.

"Hacía mucho que no te veía" repuso Ksawery mientras intentaba mirarla a los ojos. Casi tanto tiempo como el que había estado con Molly, pensó, pero no dijo nada.

"Casi tanto como el que has estado con ella" Uxia no parecía tener problemas en decodificar sus pensamientos y traducirlos en palabras exactas y demoledoras. Nunca lo había tenido. A veces eso significaba una gran ayuda, cuando las verdades son demasiado y abruman y es mejor
que empiecen estado en boca de otro. Otras tantas se sintió amenazado, tal vez por el peso que cargan ciertas afirmaciones.

Uxia era muy joven. Casi diez años más joven que él, pero aún parecía más. Él nunca había tenido aspecto juvenil, pero últimamente podía vérsele más demacrado. En cambio ella... ella proyectaba un aura de inocencia.
Una inocencia triste, taciturna. Una juventud cargada de pequeños momentos contra el viento, con el vestido al aire y un ramo de flores blanco, pensando en el amor que la había dejado en el altar. Una juventud eterna, pegada a esa imagen y a ese adiós silencioso.

Y sin embargo siempre estaba para salvarlo. Estuvo la primera vez, cuando Molly decidió realizar un largo viaje de retiro espiritual para aclarar su mente y tal vez volver.
Él, aunque desesperado, había sabido esperarla acumulando charlas con su fiel protectora mientras Molly decidía el destino de los dos.
Ella había vuelto, y tal vez pareció que se quedaría para siempre. O eso pensó él.

Y sin embargo, habían pasado años, pero ella ya no guardaba el "para siempre". Una valija simbólica en la sala de estar con un pequeño papel rasgado que decía "adiós" y un beso de despedida la noche anterior era todo lo que él conservaba de ella.
No sabía adónde había ido ni porqué lo había hecho y sólo podía pensar si es que había dejado de amarlo.

"No creo"

"¿Qué?" La voz de Uxia lo despabiló de sus pensamientos y lo hizo preguntarse si tal vez había estado hablando en voz alta.

"No creo que no te ame"

"Ah... perdón, ¿qué me escuchaste decir?"

"Nada, simplemente balbuceaste Molly unas dos o tres veces"

"¿Y por qué piensas que podría todavía amarme?"

"Los sentimientos son extraños, complejos. Ella atesora pequeñas frustraciones del corazón con entera y completa dedicación, y a veces pasa que cuando todo marcha bien, no queda más salida que fugarse con otra pequeña frustración. Crear el error, inventar la falla y... escapar"

"¿Escapar de mí?"

"Escapar de la felicidad. Escapar de toda idea de que la felicidad es posible. Borrar total y completamente la cura y contentarse con la enfermedad. Después de todo, no es más que decidir no renunciar a la esencia"

Ksawery miró a Uxia, sus ojos negros, su piel aceitunada, su rostro turbado que aún así lograba reflejar comodidad, sus diez años menos. Y con eso no pudo evitar ver a Molly.
Debían tener casi la misma edad, pero no se parecían en nada. Uxia no tenía la euforia, la risa constante, la mirada profunda y tenaz.

Molly era perfecta, y eso era algo que Uxia jamás llegaría a entender. Su calma, su capacidad de llegar a regiones insondables de la mente (propia y ajena), de mirar más allá y ver, tal vez jamás llegaría a captar el brillo de Molly, su grandioso ser, su atractivo, su belleza más allá de todo. Uxia sólo veía dolor, problemas y vidrios empañados donde Ksawery podía ver ese bello amanecer. No creía realmente que el amor de su vida estuviera eligiendo el dolor y la enfermedad a una vida entera con él.

Algo habré perdido.

Después de la lluvia, el perfume de la angustia y el sonido del silencio que dejas cuando te vas. Después de no sobrevivir a las mañanas de ese abril, nubladas como rotas, viajo bien adentro a la ciudad del desencuentro, capital del nuevo centro del vacío existencial.

Como me desilusionás cuando amagás y tiroteás sin terminar las cosas.

Libertad, mi casa es un desastre, mi vida un poco más. Corazón, qué caros son los precios del amor. 
No te encontré en el centro hoy y una secuencia de terror. Y soñé pasiones locas con vos, y simplemente pasa que tengo ganas de verte. Y simplemente pasa que… algo habré perdido, que ando tan comprometido, en buscar adentro tuyo algo que esta adentro mío. Algo para poder tapar mi gran agujero espiritual, mis ilusiones rotas. 
Creo que buscarte es más digno que pensarte, más difícil que encontrarte y menos triste que olvidarte. 
Me preguntaste, "vos tomás?", te dije “ya no lo hago más” y te aburrió la historia.
Libertad, mi casa es un desastre, mi vida un poco más. Corazón, que caros son los precios del amor. 
No te encontré en el centro hoy, y una secuencia de terror.  Y no sé que está pasando con vos... que simplemente pasa que tengo ganas de verte.  Y simplemente pasa que… no te encontré en el centro hoy y una secuencia de terror, y lloré la noche del apagón, y simplemente pasa que tengo ganas de verte. Y simplemente pasa que… no te encontré en el centro hoy. Igual volví pensando en vos, y grité tu nombre en el callejón. 


Y simplemente pasa que tengo ganas de verte.

8.3.12

Io ti voglio bene

Realmente te quiero mucho. Mucho más de lo que pensé que iba a poder quererte después de todo. Y me siento bien, no estoy pensando en mi cuando intento ayudarte. Lo hago por vos, aún así eso te aleje de mí. Después de todo, ¿para qué quiero tan cerca a alguien que está tan lejos?

PD: esto del amor altruísta va a terminar por aniquilarme ("ella se vio obligada a elegir entre la fantasía y la realidad y lógicamente, optó por la realidad - porque de otra forma, el único camino que queda es la locura - y como nos pasa a todos, la realidad terminó con ella").

6.3.12

Consumiendo infiernos


Un pacto para vivir -codeándonos sol a sol- revolviendo más en los restos de un amor, con un camino recto a la desesperación. 

Desde nacer, un cuento de terror. Seis años así, escapando a un mismo lugar con mi fantasía. Buscando otro cuerpo, otra voz. Fui consumiendo infiernos, para salir de vos. Intoxicado, loco y sin humor. 

Si hoy te tuviera aquí ,cuando hago esta canción, me sentiría raro. No tengo sueño. Mi panza vibra. 

Tuve un golpe energético (milagro y resurrección); y eso que estaba tieso, bajo control... 
El poder siempre manda, si para tenerte aquí habría que maltratarte... No puedo hacerlo. Sos mi dios. (te veo, me sonrojo y tiemblo). 

"¡Qué idiota te hace el amor!" 
 -y hoy quiero darle rienda a esta superstición -



Hace varios días que estoy pensando en vos, de repente volví a leer tus mensajes, te quiero ver, te necesito. Hoy vi una foto tuya, me largué a llorar y me invade una angustia de las de antes. Pensé que ya no iba a ser así. 

1.3.12

H O L Y Crap

Estaba pensando en algo que escribir, pero no hay clima.
Una ventanita titilando, internet después de tres meses y como 400 mensajes no respondidos (a esta altura ya me consagré histérica).
La necesidad de escuchar música y el no poder (porque mamá duerme) y el no querer (porque lo necesito pero no quiero, no) y algo así como el cerebro consumido por una sobredosis de 9gag.

Y pienso que la cosa me gustaba más antes.
Sin internet.

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