18.1.10

Hacía tiempo que sabía que no estaba bien. Había invertido semanas y semanas dando vueltas a la misma idea y seguía sin decidirse a hacerlo o dejarlo así. Se levantó del viejo sillón de un salto y miró instintivamente para atrás. No había nada fuera de lo común, tal vez una acumulación de polvo más grande que otras épocas mejores. Volvió su cabeza al frente y pudo ver por la gran puerta de vidrio que llevaba a la terraza el renacer de esos tiempos. Empuñó su bastón con fuerza y decidido se aventuró hacia el balcón de aquel edificio magnánimo donde era esperado por miles de fieles abnegados a su dogma de juguete. In God we trust.

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