11.12.14

La situación es indescriptible. La incomodidad nace desde el pecho, me baja por el viente, me sube por la espalda, me rodea los brazos. Hay un cuerpo que me sobra, que no es mío. Hay una voracidad desenfrenada, una impaciencia deslocalizada. ¿Quién está del otro lado? No puedo mentirme, todo lo bueno no alcanza si todavía me faltás vos.

Te odio. En un mundo sin expectativas, en un mundo de amores realistas y palabras sinceras, a vos te odio más que a nadie. Creo que sos la fantasía, lo inverosímil, la expectativa muda, la esperanza disfrazada de desesperanza. Sos todo lo que le falta al mundo de lo saludable.

Qué envidia que le tengo a la que no te quiera y sólo así pueda tenerte. Conozco la situación, ay, la conozco.

¿Pero acaso ese placer sería el mismo si yo fuera ella?

No.

Yo soy ella. En otros brazos, en otros besos, en otros cuerpos, ella soy yo. Y él nunca es vos. No se siente como vos. Es demasiado saludable para ser vos.

Hay depresiones que se sobreviven pasándolas en la cama. Hay depresiones que existen sólo en el mundo de la lobotomía del frenesí. Yo vivo en la depresión de la abundancia, pero por dentro tengo la cabeza enterrada en la almohada. Por dentro desearía no tener que matar todos los días cada sentimiento idiota que me invade para nada, que me sube hasta el pecho como una burbuja de aire inútil. Y hay que aplastarla y tratar de que ocupe menos espacio, pero como no se puede simplemente está ahí, haciéndome a mí misma, obligándome a sacrificarme, a tratar de dejar de ser.
Es tan equivocado ser yo. Tan equivocado.

---


Esta noche, buscando tu boca en otra boca,

casi creyéndolo, porque así de ciego es este río

que me tira en mujer y me sumerge entre tus párpados,

qué tristeza nadar al fin hacia la orilla del sopor,

sabiendo que el placer es ese clavo innoble

que acepta las monedas falsas, las circula sonriendo.

Olvidada pureza, cómo quisiera rescatar

ese dolor de Buenos Aires, esa espera sin pausas

ni esperanza

Solo, en mi casa abierta sobre el puerto,

otra vez encontrarte en el café de la mañana

sin que tanta cosa irrenunciable

hubiera sucedido.

Y no tener que acordarme de este olvido que sube

para nada, para borrar del pizarrón tus muñequitos

y no dejarme más que una ventana sin estrellas.

After such pleasures, Julio Cortázar

9.12.14

Another mindless crime, behind the curtain, in the pantomime



Andrés, a la sombra de sí mismo. Una sonrisa, mirada al suelo, un leve balanceo. Tal vez una broma. Andrés in the spotlight, no se reconoce. Clara, presa de sus fantasmas. Sus labios tiemblan, no se encuentra en su voz. Ojos vidriosos, manos húmedas. El rictus podría ser de bronca. Enojo de sí misma.

Andrés atiende el celular, y con la otra mano fuma. Tira la cabeza hacia atrás, ríe. En su pecho se pregunta porqué. Clara hurga en su cartera, los dedos son ligeramente imprecisos. Mira la hora, escucha los latidos de su corazón. Andrés la mira alternativamente. A ella, al piso, le sonríe a la pared, a ella.

Oscuridad.

Vibra un celular. Andrés no mira. Clara siente un escozor frío bajándole por la nuca hasta el final de la espalda.

Oscuridad.

Andrés toma una cintura, huele un perfume. Andrés sonríe, se muerde levemente el labio inferior. Un cabello cobrizo y abultado de mujer lo cubre, unas caderas redondeadas cubiertas por un vestido negro lo hechizan. Sus dedos tocan levemente unos muslos, se pasean por una espalda desnuda. Recuerda y el recuerdo se trasluce en sus pupilas.

Oscuridad.

Una luz. Clara, su mandíbula tirita un poco. Sólo se puede ver a la luz impactando suave y azulada sobre su perfil. Su piel es tersa, su nariz, grande y recta. Un mechón lacio y rubio cae sobre su frente. Luce desvaído. Le falta el rojo, le faltan las ondas. Tal vez a su cadera le falten las curvas.

Dos caídas de párpados. Algunas luces se pasean tontas por la sala. Van y vienen, ensombrecen e iluminan sin ningún propósito. Sientan escenas, retiran escenarios. Clara sigue sentada. Andrés toma su celular con una mano. Con la mano libre, busca a tientas la pequeña cintura que lo acompaña.

- Clara, vamos - le dice una voz cálida
- Andrés, vámonos  - le dice una voz aterciopelada

- Clara, ¡por favor! - insiste
- Andrés... dale - sugiere

Clara mira hacia la voz. Andrés se hunde en el cabello perfumado y besa un cuello.

- Sí... - se resigna
- Sí... - acepta acompasadamente

Las luces iluminan la escena de repente y un ruido sordo de sillas que se mueven completan el cuadro. Andrés busca a tientas una pared y apresa a la figura que se entrelaza a su lado. Se interna en un beso con los labios, con las manos, con las piernas. Se interna en una intimidad de tumulto y ojos que acompañan a las luces.

Clara toma su abrigo, sonríe forzadamente, abraza distante a su amiga. Mira y no puede dejar de mirar. Baja la cabeza, pero no puede dejar de mirar. Tantea su celular, mira la hora, pero en realidad no ha dejado de mirar.

Por un segundo se cruzan. Andrés miente. Clara lo espera. Andrés finge concentración con todo su cuerpo, pero sus ojos la miran. Clara sabía que aquello iba a suceder.

Su corazón late desenfrenado. Ojos celestes, ojos pardos. Las miradas parecen estar sostenidas por un hilo invisible. Tenso. Fuerte.

Clara ya puede dejar de mirar. Clara no puede seguir mirando. Andrés miente. Andrés finge no haber mirado nunca.






But even if you had it all, you would find you blow it all away


Imagínensela a Sabina con Franz. Imagínensela con todos sus amantes, rodeada por la levedad. Véanla sin Tomás, ¿quién diría que eso no es bueno para ella?
Piensen en los dilemas del no ser grave, en los dilemas de la abundancia, en los dilemas con peso de pluma. ¿Sabina elegía la levedad? ¿Sabina elegía no ser como Teresa?

Algún día Sabina fue Teresa, pero no estaba de acuerdo con ella misma. Teresa no se gustaba, Teresa (y lo sabemos bien) quería ser Sabina. Si algún día Teresa lo hubiese realmente logrado, hubiese reprogramado su esencia y se hubiera librado al hedonismo simple, al tenerlo todo... ¿hubiera sido feliz?

¿Ser Teresa será una necesidad ancestral? ¿Una manera de aferrarse a la supervivencia de la especie, a cierta paz de la mente en las estructuras que nos dan seguridad? ¿Podrá un solo individuo recoger para sí mismo sus más altos ideales, sus ideas más acabadas? ¿Cuál es el precio más alto a pagar: los otros o uno mismo? ¿La gravedad ajena o la propia liviandad?

Todos están mirando. Ninguno existe fuera de mí. Pero tal vez sea peor tenerlos adentro mío. Adentro mío, retándome, diciéndome que debería tener vergüenza, que estoy albergando una extraña enfermedad, una infelicidad encubierta, un cinismo con forma de libertad. "Tu indecencia nos envenena, que te salgas de tu molde nos confronta... Y vivimos adentro tuyo, no te olvides".

Déjenme. Yo no soy todos más de lo que soy yo. Quiero mi propia ilusión de individualidad. Quiero ahorcar la culpa. Hacerla desaparecer. Esos demás, pueden morirse. No son nadie.
Y yo, ahora sola, extraño un poco la gravedad, el sentido trascendente impreso en cada paso, un destino que se anuncia, una forma que le canta a la esencia de algo soñado, de algo predicho... Yo, ahora, sola, creo que sigo necesitando a Tomás (pero ya lo maté).

26.11.14

Un cuadrado oxidado con esquinas puntiagudas

Dicen que necesitamos una cuota de adrenalina para sentirnos felices, que las pequeñas victorias lucen como grandes batallas ganadas cuando involucran una cuota de emoción, que la paz es una caída en la inmovilidad constante.

Es imposible sentirse enamorado sin un poco de incertidumbre, sin anhelos breves a los inesperado, a lo que seguramente sucederá sólo por ser de las opciones, la más improbable. Es imposible sentirse enamorado sin la completa certeza de que las casualidades, como un anticipo del destino y no otra cosa, tejen los encuentros y alimentan el deseo de dos personas por hacer realidad sus vastas imaginaciones, por sentir aunque sea un segundo que la fuente de todas ellas los excede, está por fuera y los ata, los une y entrelaza como cordones de zapatos. Sin eso, sin los piolines del titiritero, sin la sonrisa lacónica y sin la ventana por la que se mira en los días grises, no hay amor posible.
Sólo cuerpos tangibles que entran enteros en la memoria, sin que latidos del corazón dificulten la concentración y engañen a los sentidos. Esquemas, horarios y dos personas que se miran y ya no buscan que decirse de 9 a 12.

Es por eso que no te amaba (y la vigilia nos ganó cuando intentamos dormirnos).

25.11.14

And it's more than goodbye I have to say to you



El chico ese desapareció, pero apareció alguien nuevo. Todo va y viene con mucha facilidad, con una sencillez grácil. Bueno, vos estás adherido de una manera un poco perversa, un poco hostil. Sos ese negativo que compensa las sumas de vueltos, la gran deuda (¿la gran deuda?).

Hay cosas por hacer, pero no me pesa la espalda. Tengo hambre, un poco de frío a la altura de la nuca. No me interesa tanto mi propio alrededor, y eso siempre tiene que ver con vos. Fue fácil estar en el momento, fue fácil que no estuvieras. Y ahora no quiero saber nada, estoy tan satisfecha como vacía. No hay carencia constitutiva, y eso significa que tampoco hay sujeto deseante.

Tuve un poco de miedo, estuve cansada de mí. La mente en blanco, el arrojo momentáneo de la inconsciencia, de la confianza innata, del instinto de cazador. No hay nada que salga mal si ya lo habíamos logrado cuando nos dimos cuenta que queríamos hacerlo. Nada es realmente inalcanzable, pero me gustaría que ese sólo pensamiento fuera suficiente las veces que la vigilia traiciona. Y zaz, cerveza y you got it.

Hay como una pared de miedo de este lado, y del otro lado también. Y paredes que no conozco. Más, muchas más. ¿Y quién sabe si también hay algún muro del genuino (no) deseo? A ese es el que le tengo más miedo. I sublime love to the feelings in my mind. Who can tell what we may find?

Una fiesta de la nada. Otra fiesta de la nada. Tengo miedo de enfermarme. Everytime I hear that melody, something breaks inside. You became my inspiration, oh but what a cost.






20.11.14

¿Sencillez?


Es como si buscara torturarme para sentir algo. Algo con forma. Estoy sintiendo cosas, pero la indefinición se parece mucho a la angustia. ¿Es por eso que decido dibujarle tu cara?

Estoy fascinada por las cámaras profesionales, por algunas propuestas estéticas. Por las luces, los colores, las texturas. Siempre creí que de por vida iba a odiar los tecnicismos, pero algunas mierditas insignificantes resultan ser bellas. Hay felicidades pequeñas.

Mi profesor de guión dice que el momento más sentimental es más íntimo, más pequeño, es relatar una escena con la voz de tus personajes en la cabeza. Dice que ver el todo es más racional, pero no por eso menos artístico. Lo bello es lo pequeño y lo grande, lo sublime. Eso es lo que dice él, lo que dice Kant. Estoy bastante cerca de estar de acuerdo. Pero me resisto. Tal vez yo mezclo mucho.

Me mezclo a mí entre lo bello y lo sublime, y entre el sentir y el pensar. Y entonces de repente sentir es sublime y pensar es bello, y es grande lo bello y sublime lo pequeño, mientras que sentir es grande igual que pensar, pero ambos también pueden no tener ni forma ni tamaño sino ser ese caño tapado de un cauce enorme del que hablaba antes.

El power metal es provocativo. Y dual. Ya en su propio nombre tiene algo superficial, en su propio estilo algo andrógino. Un hombre, después una mujer. Algo grave, un grito peligroso, una voz femenina, casi pop. Momentos de epicidad, momentos de simple pose. Ahora entiendo varias cosas. 'Eres lo que comes'. Y más si comés todos los días lo mismo, che.

La identificación, ese proceso por el cual a=a aunque no se llame 'a'. Es como: "Aaah, vos eras tal, sólo que te encerrabas en forma de incógnita, de problema irresoluble, te escondías entre un montón de letras y números y problemas del pasado". X puede fingir ser la combinación complejísima entre muchísimos factores, pero si al final del camino descubrimos que X tan sólo era 2, no creo que por eso sea necesariamente menos complejo.

Tarja es indiscutible. Es magnánima, es compleja. Annette es superficial, algo histérica. Nightwish decidió ser las dos y no ser finalmente ninguna. ¿Se viene la síntesis?

Relive the old sin of Adam and Eve, of you and me. Forgive the adoring beast. Se lo pregunto a alguno de nosotros: ¿tengo algo que esperar de todo esto o los nudos se evaporan en el aire como si fueran éter?

Estoy cansada, un día se va



Otra vez son las dos y ya tengo sueño. Alguien sabrá porqué eso me alegra. Extraño la euforia post-Cortázar. Sensación agridulce. Nadie es culpable, todos merecen el castigo.

Tu ojo, una lámpara. Entre el blanco y el rosa, tuve una noción muy buena de esos detalles, pero como todo, se vuelve etéreo, imposible de agarrar con los pensamientos. La irrealidad del pasado nos rodea, pero sólo a veces se vuelve insoportable.

La voz de Sia se desgarra. Algo en mí también. Extraño el cielo con estrellas, estoy cansada, pero hay mucho aún por ser. La simpleza no se perdona. Pienso en una sonrisa. No se le puede cantar a la vida y esperar que alguien nos deje vivir en el mundo. En este mundo prisionero, completamente invadido por el sentido común, las buenas costumbres y las reglas de un estúpido y popular juego.

Suspiro. Yeah, we'll survive. Pelo rubio y corto. It won't be long till we return happy. ¿En serio me lo decís? Tomorrow we'll be free. Lo dudo, lo dudo, no quiero que mi libertad dependa de un 'we'. Let's not fight, tengamos la fiesta en paz. Crecé, evolucioná, liberate. Liberate de la versión más débil de vos.

Sos grande, las cosas fluyen en sentidos imprevistos. Escritura automática, asociación libre. Una vuelta de tuerca al mero racionalismo, al tecnicismo que clasifica, reestructura y se mira el ombligo pensando que no hay más mundo. Pero muchos se quedan ordenando de mayor a menor y alfabéticamente todas las mierditas que encuentran. La razón y el saber. Qué par más mentiroso.

Hay como cierta soledad que entra de a poco en mi interior y se apodera de mi pecho, que no me deja respirar. Esa soledad a la que le tengo miedo. Esa soledad en donde falto yo, donde los demás me llevaron con ellos y me abandonaron sola, lejos de casa (lejos de mí).

¿Quién, cuando se come una hamburguesa, quiere conocer a la vaca?

19.11.14

Un día más



Maquillaje de Charleston. Labios rojos. Algo de disposición para estudiar. Ojos delineados, esfumados con negro negrísimo. Glamour oscuro, dice cosas de mí. Ich singe bis der Tag erwacht. Ein Heller scheint am Firmament. Mein Herz brennt.

Las mañanas emocionales se esfuman hacia el mediodía. Es sano. La sensación de desasosiego se va perdiendo. Todo va como debe ser. Rammstein. El destino trabaja cosas extrañas para mí, pero no me traiciona. Vamos bien. Vamos increíble.

El piano sube, sube. Tengo algo de sueño. El acento de Till se vuelve gutural. Mañana va a ser un día difícil. No hay más café. Quiero ver de una vez al chico de ojos grandes, cabe decir que lo extraño.

No dejes que nadie robe tu autoestima. La charla final entre padre e hijo en Boyhood. Caída de párpados. Self-centered. Uno está solo, pero no tiene porqué ser débil.

18.11.14

Diario de viajes (para variar)



Si a Cortázar lo hubieran sobreanalizado tanto en su cara seguro no habría escrito un puto libro, che. Menos con esa naturalidad argentina de que todo te chupa un huevo porque en tus manos tenés la posta. La más limpia e indiscutible posta. Es cuestión de aceptar que entre lo sublime y lo risible somos todos unos mierdas también.

Me debato entre mentir y esquematizar o ir escribiendo lo que se me cante. Tener un plan siempre es empezar diciendo una parte de lo que se quiere decir y terminar mintiendo descaradamente sobre lo que se quería hacer. Yo sueño una unidad concentrada en el principio. Como un caño con el cauce tapado. Toda el agua ahí, atascada, esperando desembocarse y vagar con libertad, fluir. Pero eso nunca pasa.

Todo, todo junto, agobia, pero es un agobio magnánimo, sublime. Pero así no llegamos a nada. Quiero comunicar. Comunicarme, hacer conocer algunos rincones geniales de mi cabeza. ¿Qué verán los que no me ven? ¿Sabrán algo de esos rincones por el color (verde) de mis zapatillas, o por mi pelo, o como me inclino hacia adelante al caminar?

¿Vos qué sabrás de todo? ¿Entenderás algo de mí? Capaz sos de esos que al no entender nada apuntan a ciegas y cada tanto le pegan. Es más envidiable y más digno de admiración justamente por eso. ¿Cuántas chances tenías de pegar? Y capaz que hasta lo hacés igual. Un genio de la precognición.

Jazz. La puta bastarda del curso al que voy. Increíble como todo lo viejo se vuelve excelso, se eleva por la acumulación de polvo y nostalgia. Y después hubo que matar al viejo y elevado jazz con el rock, para después elevar el rock con los desencantos de la música electrónica, y estamos cada vez más cerca de elevarla por culpa de quién sabe qué nueva porquería.

Profanos hay en todos lados. Y me olvidé de tomarme una taza de café. Y ya es tarde como siempre. Me pregunto hace cuánto eso dejó de importarme. ¿Veré hoy al chico de ojos grandes y novia al margen?

Bitácora



El clima se vuelve más eufórico. Conectarse con el instinto, por ahí va la cosa. La luz y la oscuridad. La liviandad parece más humana (pero a la gravedad hay que estrecharle la mano de vez en cuando). Y sí, no podés conocer de un lado sin conocer del otro.

Leer a Julio en el subte es una idea que me emociona. Ahora, David Guetta. ¿Llegamos al límite de lo bizarro? Estamos en la parte más alta de la montaña rusa, y espero que la caída sea emocionante y pueda levantar los brazos.

Dije rusa, la ironía. Sia y David Guetta. Talking loud, not saying much. ¿Seré bipolar o simplemente humana? Creo que nos hacemos demasiado problema al clasificarnos.

Hoy voy a poder estudiar, eso me digo. Eso me digo. Estar sentada no me aplaca, tengo ganas de moverme, mi departamento me limita, la calle aún me asusta. ¿Por qué existen los boliches? Bailar es demasiado feliz como para encerrarse en un matadero, drogarse y dejar hablar a las miserias de la sociedad a través del cuerpo.

Pero yo no estoy en un boliche. Hay desamores buenos. Hay desamores creativos.

Tic-tac (bis)



Estoy cansada y son recién las dos. Tengo un poco de hambre, hoy me olvidé de comer. Quiero bailar. Quiero bailar y ser linda. ¿Qué te estoy pidiendo a vos, che?

Dale, me gusta tu sonrisa igual. Estoy contenta. ¿Voy a ver qué onda con el chico con novia? ¿Por qué tenerle miedo a los sí? ¡Hay que ir por los sí! Me pregunto porqué me da miedo gustar. Tengo tabúes estéticos. Tuve tabúes estéticos.

Mierda que estoy cansada y The Strokes expresan mi humor como nunca antes. Quiero conocer gente nueva. Ojos nuevos. Sonrisas nuevas. Buscar trabajo, comprar un pasaje. Zapatillas verdes. Una ducha. Una ducha vendría bien.

Un poco de limpieza. No estar en casa tanto. Estirar las piernas. Los brazos. Este finde salgo, un poco de liviandad. Hoy sos uno más. Pero uno más bueno. Qué mambeados estamos los humanos.

Quiero probar mi nueva confianza. Tal vez con vos, también. Pero el mundo es grande y hasta que llegues falta. Te espero porque no te estoy esperando. Suspiro. Sonrío. Jugo de naranja. Todo está bien, chicos. Todo está bien.

17.11.14

Tic-tac



Yann Tiersen. Me lavo los dientes. Papeles en el piso. Ya se me hizo tarde para un buen par de cosas. El sábado me sentía mareada, atontada, confundida. Ayer fue domingo, pero estuve bien.

Siempre me gustaron las medias con rayas horizontales. Extraño tocar el piano. Estoy aprendiendo a manejar mejor el aire para cantar. Me gustaría quererme más. Las zapatillas verdes no combinan con nada, no sé cómo las hago encajar con mi vida.

Querría estar en tu cabeza y saber lo que te pasa. O al menos verte. El chico con novia está más de novio de lo que creía. Ya no sé si eso me gusta más o menos.

Le Matin, eso que ya casi nunca tengo. Zapatillas verdes, medias rayadas. No sé porqué no parece estar de moda atarse los cordones de manera normal. 

Suspiro seguido, y seguido la gente me pregunta porqué. Ensayo conversaciones que nunca voy a tener. Pienso en disfraces. Adelgazar vuelve a parecer una buena opción. Yann Tiersen. Cosas pequeñas. Felicidad modesta.

25.10.14

Tough girl

I come home. On my own. Check my phone. Nothing, though act busy. Order in. Pay TV. It's agony.

Respirar es pesado, cada parpadeo anticipa una lágrima que se resiste a caer. Una sonrisa a medias, una extraña mezcla de reposada vitalidad y una muerte gris que se anuncia en cada segundo que mis ojos se pierden y ya ni la nada los atrae. Es como tener una barra de metal en el pecho, un extraño vacío en el estómago, una pesada liviandad al caminar, un titubeo lúgubre. Pero ya no importa. Me intoxica pensarme, me sofoca el mundo sobre mi piel, y ya no importa más él ni yo. Ya no.

Intento capturar mis pensamientos. Intento aferrarme a la lozanía de un descubrimiento, al brillo de una verdad. Se me escapa de entre las puntas de los dedos el recuerdo del tiempo ya perdido, de aquella nueva y ahora vieja felicidad.
'Por favor, dejame al menos llorar, dejame vencerme, dejame caer'. Lágrimas tibias, córneas ardiendo, otra pequeña sonrisa. Al fin.

Ayer.

Ayer era nueva. Hoy los meses pasados cayeron sobre mí, recordándome de quién no podré escapar.
Y no puedo.

No estoy buscando llenar este vacío en manos sin alma, en abrazos que no me tocan, en besos tristes de fingida pasión. No estoy intentando saborear la melancolía, como tan bien supe hacer hace años. No tengo ganas de fingir valentía y sonreír entre la gente, ni siquiera quiero buscarte para intentar retrasar esta muerte, para que mi corazón diga algo, se precipite en latidos desenfrenados y la sangre me haga sentir viva.

Nada, vos.

Nada en mí busca, no, nada es deseante, sólo quiero salir. Sólo quiero volver a ayer, a la risa, a la mirada en el horizonte, a ser nada más que mía.
No me tortures,
no me tortures por favor.

I may cry ruining my make up, wash away all the things you've taken. And I don't care if I don't look pretty: big girls cry when their hearts are breaking.

16.10.14

Ella, una, todas


Tengo miedo que ella te atrape de una vez. Que el momento que preveo y temo desde siempre llegue y por vez definitiva me enfrente yo ante la consecuencia cruel de tener que soportar el mal de ser quién soy, y fundamentalmente, de no ser quien no soy.

Tengo miedo que mires a los ojos a esa chica que sepa acomodarse el pelo al hablar, y entiendas que con esos ojos dice cosas que te seducen mucho más que mis palabras o mis aburridos paseos mentales. Que la mires y no entiendas cómo ni porqué pero te enciendas cuando te toque el hombro,  te dé un pequeño golpecito en la espalda, o que llame tu nombre con esa voz especial que sentís que te dedica solo a vos.
Tengo miedo que te cautive su esencia de mujer incomprensible, tan alejada del mundo de razones de los hombres, tan única como todas en su aura femenina, en su mundo etéreo de caídas de párpados y perfume en el cuello.

Tengo miedo que te des cuenta que no sé ser mujer, que no entiendo que te trajo hacia mí y aún espero que todo esto sea producto de un sueño, un mal sueño.

14.10.14

History repeats itself, it fails to die

Día 27


Otra vez el inexplicable dolor de cabeza, y cansancio después de casi ocho normales horas de sueño. Dormir es siempre uno de mis problemas.

El desorden me angustia, fantaseo con la idea de llevar una vida representativa a la secretaria bonita que se supone que soy. Pero no soy una secretaria bonita.

Ayer la vida de estos tipos que no existen me obligó a mantenerme despierta en el viaje de vuelta e imaginarlos en toda su profundidad y banalidad, tomar el bloc de notas (del que algunas noches soy esclava) e intentar llenar de palabras las imágenes que se agolpan en la parte interna de mis ojos. Son tan perfectos que me apena que la realidad no empañe la imagen tan omnisciente que tengo de ellos. 'Si los conociera, probablemente, ya me habría enamorado de los cuatro y no podría distinguir al mujeriego del depresivo, ni al ególatra del cobarde'

'Hoy voy a verte', es un pensamiento que me cruza la cabeza y que me hace salir de una vez por todas de la cama. Pero no vuelvo a eso mientras desayuno apurada, ni mientras leo en el subte, ni mientras espero que alguien haga sonar los teléfonos de la oficina. Me siento desarmada otra vez, algo enclenque y definitivamente mal vestida, 'qué ganas de ordenar la ropa', es mi pensamiento recurrente. Razono que es una actividad a la que me gustaría dedicarle jornadas enteras (y que probablemente tendría que aprovechar cada segundo).

Vuelvo al subte con la cabeza perdida, saco de la cartera a mi nuevo Murakami, veo a un grupo de adolescentes vestidos con uniformes de secundaria.

Miro a un grupo de adolescentes vestidos con uniformes de secundaria.

Miro a un adolescente en particular, el más alto de todos, de cabeza redonda y una proporción en su perfil idéntica a la del M. alemán. De hecho, parpadeo, su piel blanca, parpadeo, sus pecas, vuelvo a mirar... Por Dios, su sonrisa... Es igual al M. alemán.
Intento retomar la lectura, Haida, Tsukuru y las voces de estos adolescentes, animados y burlones que no dejan de llevarme a la secundaria. De repente me siento desvalida, como si los pequeños egos inflados de los individuos de ese grupo me subyugaran frente a su poder. Tal como cuando yo era una de ellos.
Se ríen, hablan fuerte, me mencionan. ¿Me... mencionan? Bueno, no a mí, pero no puedo evitar lanzarle una mirada penetrante a la chica que no deja de pronunciar mi nombre. 'Eugenia, Eugenia, Eugenia... Era obvio que te gustaba Eugenia'. Le dice al petit M. alemán.
Mi corazón se detiene. Lo veo en él. Serían idénticos si este chico no tuviese ojos aún más bellos, de un gris traslúcido, y una voz más imponente, como de alguien mayor. Pienso que de todos modos, yo al M. alemán siempre lo vi así, como envuelto de un halo que exageraba su propia belleza.

Se baja en Scalabrini Ortiz, pero mi mente está perturbada. Inconscientemente espero que esa Eugenia cumpla con mis expectativas, con mis expectativas sobre ese fantasma tan parecido a él.
Pero casa es un desastre y me olvido pronto de todos mis pensamientos.

---

Estoy llegando tarde y es recién en la puerta cuando pienso en vos, que también te gusta llegar tarde (sé que sos un 'vos' y no un 'él' desde la primera vez que te vi, no doubt about it).

Stop. ¿Cuándo fue eso? En la primer clase de guión. Tus ojos eran enormes, tu nariz ridículamente respingada, y tu sonrisa acusaba más años que el resto de tus facciones, lo cual configuraba un cuadro de infantil amargura, de encanto lacónico. Eras el único que no parecía tener nada que ver con el resto. Mientras todo aquel grupo de gente joven se podían resumir en una masa de snobs y wannabies de la bohème, vos parecías más bien un estudiante de ingeniería puesto en el lugar y momento incorrectos. No parecías tener ni pretender estilo, elegancia o profundidad artística, pero escuchabas las palabras del profesor con una devoción sólo comparable con la mía. Estabas enfrente y fuiste al único que vi.

Claro que eso fue un miércoles, y hoy es martes. Los martes voy a un curso de Historia del Arte moderno y contemporáneo. Un buen lugar para gente mayor que se regodea en mencionar figuras de la talla de Gaugin, Klimt y Matisse (al igual que yo, que la cada-vez-menos snob, yo).

Era la cuarta clase, estábamos hablando de fauves y te vi llegar y sentarte atrás mío. Me sentí levemente confundida. Si no combinabas con el entorno de una clase de Guión de Cine, menos hubiera esperado verte en una clase de Historia del Arte. Menos, de hecho, porque debido al lugar en donde cada una de las cosas sucede, el modo en que suceden y la gente que las frecuenta... casi no hay intersección. Excepto yo, (y vos), por supuesto.
Te miré largamente y no elegí disimularlo. Me respondiste la mirada abriendo mucho los ojos y diciendo confundido un '...¿hola?', que me obligó a aclararte quien era. Pareciste relajado cuando me reconociste, pero yo no pude evitar ver que venías acompañado.

Eso sí... si encontrar a la única persona que veo los miércoles en mi aula de los martes ya significaba algo, verte acompañado, significaba bien otra cosa que anulaba y reafirmaba lo anterior. Ese día el camino al subte fue acompañado por una cadena de suspiros resignados.

Volver a verte a partir de ahí fue interesante cada vez. Especialmente cuando ella te inquirió con la mirada quién era esa chica a la que saludabas y tuviste que aclarar en voz alta, 'una compañera de Guión'. Ah, soy mujer, y en los ojos de esa chica pude leer el peligro y el miedo y tuve que bajar la cabeza en señal de comprensión. Y también, bueno, el día que escuché por primera vez tu nombre, L. Me reí por dentro... Otro L., otro más, era obvio.

Pero hoy, cuando llegás, estás solo. Estás solo. Te llamo para que te sientes al lado mío, hablamos un poco, porque la clase ya empezó. Me correspondés tanto las miradas, con tanta intensidad, que empiezo a sentirme nerviosa y con ganas de evadirme,
pero a la vez, respetás tanto mis largos silencios, que desear y rechazar las palabras sueltas y las miradas seguidas de sonrisas cómplices y a la vez incómodas, se vuelve un juego de dos horas. Sé que vamos a hablar como viejos conocidos una vez que termine la clase, que te voy a poder preguntar cómo hacés para aparecer así en mi mundo de los martes y los miércoles. Y la respuesta no me la imagino, pero va a ser genial.

Entonces la clase termina, levantás las cejas (tus ojos son enormes) y me preguntás si había algo de tarea para mañana. Salimos juntos, me decís que primero pasás por el baño, te digo que te espero, me agradecés cuando salís, te digo que tardaste mucho, te reís. Y entonces te pregunto. Y la respuesta no me la imaginaba, pero es genial.
Dejaste tu carrera, tu aburrida carrera, para dedicarte al Arte. Trabajás en lo mismo que yo, deseás para vos lo mismo que yo. Elegiste venirte a Buenos Aires (porque tampoco sos de acá), por las mismas acertadas y desacertadas causas. Viviste en una residencia, como yo, pero ahora estás en un departamento, como yo. Y me entero todo esto mientras te desviás de tu camino y me acompañás a la puerta del subte, mientras caminando me tocás cariñosamente la espalda varias veces y yo te maldigo en silencio, mientras te sorprendés vos también de la cantidad de puntos en común que tenemos vos y yo.

Así que nos vemos mañana, me decís, y sonreís, y me obligás a que me ponga nerviosa una última vez antes de adentrarme en el subte. 'It's bricked up in my head, it's soved under my bed, and I question myself again: what is it about men?'


3.10.14

La cuarta alternativa

Para las primeras tres opciones no se necesita reconocer una sustancia particular en el sujeto. Para la última, es lo único que se puede conocer.
El modelo no está claro ni armado y los principios en los que se sustenta la búsqueda no apoyan de ninguna manera, pero tampoco niegan, la posibilidad de ocurrencia o encuentro con los elementos de los otros tres.

Yo los llamo:
El modelo tradicional: aferrarse a los usos y costumbres y a los ideales de felicidad de la comunidad más cercana, y de la familia en particular.
El sueño americano: una vez habiendo establecido las repeticiones y las oposiciones al ámbito tradicional, la "felicidad" se busca en una nueva unidad social, donde la función de los elementos que la componen priman sobre los elementos en sí. Es el caso de la búsqueda de "estabilidad emocional" en el rol de una pareja, junto con la "estabilidad económica" en un trabajo aceptable y "suficientemente" remunerado y la "estabilidad social" generada por la presencia de autos, hijos, mascotas y una vida social 'correcta'.
El modelo Wall Street, en donde la clave de la felicidad se confunde con la noción social más dura de éxito. Es donde el sujeto analiza su valor de acuerdo a la retribución social a su labor, en forma de dinero, prestigio u otras formas de poder.

El cuarto camino comienza en la negación de la premisa que articula la felicidad con metas socialmente predefinidas e imposiblemente preexperimentadas por el sujeto (que, sin embargo, muchas veces está tan ebrio de los encantos de la idea en sí, que desea rápidamente hallar los elementos que le otorguen la realización efectiva de su ideal, confiando en el poder de elementos externos a sí mismo para otorgarle un sentido vital y una solución permanente a su insatisfacción).
Este cuarto camino es, por lo tanto, un camino escéptico y sensible, introspectivo y artístico a la vez que conlleva cierta elaboración intelectual de temáticas existenciales. Un camino del individuo, de su descubrimiento en cuerpo y espíritu, en substancia simbólica consciente y no.
A los ojos de la sociedad este camino no "llega" a ningún lado, lo cual es cierto y conforma la premisa principal que sustenta su existencia. Por otro lado, todo sujeto está parcialmente enajenado, y es la disrupción entre su substancia y su construcción consciente como sujeto (construcción social y premeditada) lo que lo salva de una alienación total.
Además, el hombre puede desprenderse de prejuicios y cargas sociales hasta el límite articulado por su propio lenguaje, entramado simbólico que lo confina en parte a hablar a través de su cultura, y el límite establecido por su red social y su necesidad de valerse de ella y de los intercambios al menos, mínimos que se realizan entre sus miembros para subsistir.

A este punto, la pregunta es: ¿puede este camino no ser más que una negativa errática a los estereotipos, a una necesidad casi snob de establecer una diferencia frente al autómata, o es, por el contrario, una búsqueda exclusiva de la sublimidad, del placer hedonista conviviendo a su vez con la revelación trascendental de un alma, de la intensidad pasional y a la vez etérea de los más puro de la experiencia humana?
Probablemente la respuesta fluctuará entre una y otra alternativa, dependiendo del punto de vista de cada observador en diferentes momentos y estados de ánimo.
Cabe preguntarse, sin embargo, cuales estructuras el sujeto no consideraría legítimo deconstruir, y si una supuesta deconstrucción completa de los mundos felices occidentales y conocidos, no supondría tal vez, un acercamiento con el nihilismo, y con ello a una incapacidad de hallar goce en los eventos planeados o fortuitos, que en todos los casos son disfrutados meramente en la idea que se tiene sobre ellos y por por lo tanto crea un objeto previo de deseo, que se ve consumado en la creación de un símbolo donde el significado es de índole trascendental o reveladora y el significante es el ideal concreto construido a partir de los hechos que definen al real a vivenciar.
Acá la cuestión reside en la construcción simbólica y "arbitraria" (aunque pueda tener causas subconscientes en el individuo) de valor y de un para qué, para los cuáles sólo se cuenta con elementos de la sociedad en relación al individuo y su visión y sensaciones personales sobre ellos.

Sin lugar a dudas, una búsqueda no automática de la experiencia humana plena, supone una serie de cuestionamientos para quien se atreva a hacerles frente, a plena consciencia de hallar en ellos más de un momento de melancolía y absurdo. Sin embargo, hay en esa lucha una percepción de "verdad" vivenciada, ya sea de manera mística o artística que vuelve a la cuarta alternativa un camino irremediablemente atrayente e imposible de abandonar.

23.9.14


I need to believe. But I still want more (with the cuts and the bruises). Don't close the door on what you adore.

22.9.14

The house of cards

Días 4 y 5

No tengo ganas de escribir hoy. Me siento obligada, abro el bloc de notas, tengo algo que contar. Pero, automáticamente, me doy cuenta que los relatos, además de componerse de hechos, se componen de una visión. Y tras la visión, quién ve y necesita comunicarse.
La verdad, no sé si hoy necesito comunicarme, no entiendo si soy ya una esclava o no de abrir el bloc de notas.
Mi pensamiento es fuerte, mis hechos son precisos. Miro la página en blanco y suspiro, me rindo ante mi dios:

Las situaciones a veces se definen muy rápida y fácilmente.
¿Estaba K. interesado en seguir viéndome? La respuesta clara es no.
¿Creí yo que alguna vez lo iba a volver a encontrar? Claro que tampoco. Más probable era que los 11.000 km que naturalmente nos separan nos hicieran perder para siempre.

Pero a veces no importa lo que decidimos ni las probabilidades de que algo suceda.
Estoy llegando a la plataforma, veo en la fila a un grupo de extranjeros. Me enamoro automáticamente del más rubio, el de la nariz más linda. Me resulta extrañamente familiar.
De repente se acerca alguien más, mientras yo le cuento a mi vieja de mi enamoramiento fugaz. Es K. No lo puedo creer, pero automáticamente recuerdo de dónde me suena el rostro de su amigo. Claro, ¡está en sus fotos!.

'¡Má, má! ¡Mirá a ese chico! ¡Es el holandés con el que estuve!
'
. Parece más castaño de lo que lo recuerdo... ni siquiera tan alto (aunque me consta su 1,92 m). Pero sus ojos celestes y su sonrisa son enormes. Lo miro provocativamente, estoy casi segura de que me reconoce, pero lo incomoda la situación.
No entendí nunca porqué no tuvo ganas de hablarme más hace un tiempo, tal vez jamás le terminé de caer bien. Como con casi todos, lo que piense K. de mí no me preocupa.
Se va con sus amigos, me mira intensamente, me hago la idiota y lo miro y no.

Ventanilla, el tipo de al lado habla por teléfono. En mi mundo y a través de los auriculares, empieza a sonar Glorious. Bellamy te amo, sujeto de al lado te odio.

---

Tango, Popcorn, una mezcla bastante inusual de música ambiental, pero sorprendentemente, totalmente acertada.
A K. lo vi irse anoche con sus amigos y volver a mirarme confundido. Recuerdo que me había resultado un chico raro, particularmente introvertido. Sólo dos pensamientos surcaron mi mente luego de voltear la espalda y dejar de verlo: 'no me apena no haberle hablado' y 'qué hermoso es'.
Hoy mi mente está distraída. Cada tanto mi imaginación vuela por lugares tan exóticos como Mar de Plata de noche, una florería francesa, o los posibles futuros nombres de mis hijas (hoy son dos niñas, a veces me imagino uno y uno, a veces, sólo un varón).

El solo de guitarra de Zorba el griego. Ah, el mediterráneo. Cuánta magia. Cuánta perfecta irrealidad. There's nothing easier (and more pleasing) than longing for the unseen.




El día sucede y pienso que, definitivamente no soy una esclava del bloc de notas.
Suspiro brevemente,
vuelvo a mi mundo de siempre.

The jeweller's hands


Fiendish wonder in the carnival's wake. Though it caresses once again irritate. Tread softly stranger, move over toward the danger that you seek. You think excitement has receded and the mirror distracts. The logic of the trance quickly reaches and grasps. Handsome and faceless. And weightless, your imagination roams.

And now it's no ones fault but yours at the foot of the house of cards. You thought you'd never get obsessed. You thought the wolves would be impressed. And you're a sinking stone. But you know what it's like to hold the jeweller's hand: that procession of pioneers all drowned.

In the moonlight they're more thrilling, those things that he knows. As he leads you through the grinning, bubble blowers in the snow. Watching his exit is like falling off the ferry in the night.
The inevitables gather to push you around, any old voice makes a punishing sound. He became laughter's assassin shortly after he showed you what it was.

And now it's no ones fault but yours at the foot of the house of cards. You thought you'd never get obsessed. You thought the wolves would be impressed. And you're a sinking stone. But you know what it's like to hold the jeweller's hand: that procession of pioneers all drowned.

If you've a lesson to teach me, I'm listening, ready to learn. There's no one here to police me, I'm sinking in, until you return. If you've a lesson to teach me, don't deviate, don't be afraid. Without the last corner piece I can't calibrate, let's get it ingrained.



21.9.14

El relleno de papel

Día 3


Llego tarde, no me perfumé, la ropa que elegí fue casi al azar. Me sorprende verlo tan lindo y tener tantas ganas de estar con él con sólo observarlo desde lejos mientras subo las escaleras del subte hacia la calle. Él no se da cuenta que no vengo de la clase de alemán, pero me siento obligada a aclararle. No parece preocuparle y no se detiene a pensar en las causas. Todo se soluciona con un mentiroso 'me dio paja'. No lo cuestiona, me habla de otras cosas. Paulatinamente dejo de ser yo y comienzo a sentirme alguien más. Es agradable no ser nadie en particular por un rato. Me entretengo.

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Me comenta de su caja, del juego macabro de la competencia universitaria. Me habla de fijarse objetivos, de soportar las reglas, de sufrir pero porque se elige, de sacrificar placeres y desestimar el bienestar físico y emocional en contraste con EL gran deseo. No puedo negar que me hace acordar a vos. Me gustaba mas su discurso de hace unas semanas atrás.

'Sos terriblemente inteligente', pienso mientras lo escucho, 'pero te gusta tanto tener la razón que estas completamente cerrado a ver mas allá de tu mundo ya armado. Todo lo demás parece que no tiene sentido, que no existe'. Toda su incomprensión decanta en enojo y frustración. Le falta entender algunas cosas sobre amar, creo, pero seguro que tendría algunos argumentos para demostrarme que estoy equivocada ('Igual, realmente... ¿qué se yo de amar?').
Está tan obstinado con ganarme que empiezo a perder las ganas de hacerme escuchar. De a poco voy sintiendo que F. no quiere saber que pasa en mi cabeza y que a mí no me interesa que lo sepa.
Creo que un yo que está adentro de él y no ve, está herido y hiere. Me está hiriendo un poco a mí ahora, la hiere a ella.
¿Por qué la sabe tanto y no la llega a comprender, a amar simplemente lo que ve y lo que hay? ¿Por qué necesita pensar que en algún lado, en algún lugar, existe una naturaleza en ella que sí cumple con sus expectativas? X. es increíble incluso en su dolor, con su sensibilidad. Necesito abrazarla, pero lo abrazo a él. Me duermo.

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Estoy tranquila, mi cuerpo está relajado cuando abro los ojos y su cuerpo al lado mío es buena parte de la razón. En silencio le agradezco que no esté interesado en conocerme. Me toma de la cintura y me besa, y hay algo de verdad en todo eso. No me siento ignorada, no necesito nada más de él. Su breve compañía, su interés incompleto, su chit chat, todo es una unidad sin fallas. Me sorprendo a mí no esperando algo más, un todo, un arsenal de futuros recuerdos. Me sorprendo no intentando llenar un vacío. 'Gracias por no saber que estoy triste. Gracias por no preguntar. Gracias por quitar todo el innecesario peso'.
Tiene una manera de decir las cosas que me obliga a prestarle atención. No sé si es el timbre de su voz, su tono o algo más, pero mientras está acá, mi cabeza está con él. El tiempo pasa, me olvido de todo, de lo vacío y de lo profundo.

Pero finalmente, cuando se va, no sé cómo sentirme. Llevo toda la noche y la mañana olvidándome de mí, sintiéndome relajada en nuestras mutuas irrelevancias. Creo que no quiero volver a verlo en un buen tiempo, me da miedo el vacío, pero aún más me aterra la dependencia. Pienso en J.
Esto es definitivamente mejor, pero aún no es. Por suerte ya no espero que algo lo sea.

Todavía estoy adormecida, sin embargo, sentada inmóvil con la cabeza cada vez más inquieta, comienzo a no poder evitarme. Lentamente pero sin pausa, una sensación de incomodidad se va apoderando de mí. Mi mente no hace stops, pero estoy dispersa, no puedo concentrarme en ningún pensamiento concreto. La música que ayer me conmovía, hoy es simple pop. 'Pop, por Dios, qué mal suena'. Busco mis sentimientos en algún lugar, me siento lenta. 'Tengo que ir a Retiro urgente'. Pero de mí sólo sale mirar una pantalla, bajar la vista, pensar en el próximo café. Los imperativos de antaño pierden valor frente a la relevancia del momento.

---
El día me encanta, se nota que es sábado. El sol impacta benévolamente sobre la gente que se pasea tranquila. Hasta parece como si las calles estuvieran en mejor estado, F. ya es una vaga memoria.

En mi camino hacia el subte una canción me hace acordar a vos:
'And do me a favour, and ask if you need some help! 
She said: do me a favour and stop flattering yourself!'

Mientras miro distraída los carteles en el andén, me empiezo a sentir un poco desconsiderada. P. logró causarme eso hace un par de noches. ¿No sé enojarme, no sé aferrarme a alguna estúpida razón? ¿Alguna vez tuve algo parecido al orgullo?
Me disperso nuevamente, esta vez con la imagen de un picnic en un parque. El día es perfecto para eso y no para confinarse en un micro durante al menos cuatro horas. Me preocupa un poco la idea del encierro.

En el vagón hay gente pidiendo, pero hoy no los veo ni me importan. Son, como todos los demás acá, parte del paisaje, parte del ritual cotidiano.
Le devuelvo un paquete de pañuelos a un chico que los vende, sin mirarlos a ninguno de los dos. Estoy haciendo considerables esfuerzos por concentrarme en mí, pero fallo.
Suena 505, subo el volumen, dudo que me pueda llegar a conmover.
Mucho menos a estremecer.

Me aparecen automáticamente imágenes de Alex, pero por mucho que piense en la vulnerabilidad de la que surgen sus palabras, no puedo ver más que una celebrity. Un ídolo completamente desvinculado de su cualidad humana. 'Pensé que ya había descubierto la magia de que estos tipos son pibes como cualquier otro, con inseguridades, sueños y banalidades pequeñas y sencillas'. Dios mío, no puedo creerme ese pensamiento, no, aunque me fuerce. 'La distancia provoca idealización o demonización, caricaturiza'. Por eso siempre me sentí a una considerable distancia tuya, supongo.
La gente que me acompaña en el vagón me da la sensación de ser aplastadoramente estándar. Los observo, intento extraerles algo de magia, pero no puedo adjuntarles un alma. Son todos iguales.

Mi profesor de guión cree que la gracia de escribir esta en meterse en mundos nuevos, ajenos a uno; pero reconoce que hay quienes opinan que cuanto más real la experiencia del escritor, más profundidad va a tener la obra y más verdad va a transmitir sobre la naturaleza humana. Yo soy de ese grupo.
Pienso en Marcheline, en Errol, en Victoria y en Santino. Son distintas versiones de mí, no un nuevo mundo, sólo el símbolo acabado, convertido en universo, una sustancia hecha forma.
'When I look at my life, I have to admit I've never been around a bunch of guns and violence, a helicopter crash, a political intrigue. But my life, from my point of view, has been full of drama. And one of the most exciting thing that's ever happened to me is actually connecting with another person'. 
¿Habrás visto alguna de las películas que te pase? ¿Que habrás pensado? Espero que no hayas visto solo una suma de falacias lógicas en ellas y sus argumentos. Pensar en esa posibilidad me produce una sensación amarga. Temo que fuera lo único que podría notar yo hoy si me dispusiera a verlas. Ayer Relatos Salvajes me pareció cien veces mas llana que la primera vez.

Compro el pasaje que sale en cinco minutos. Me cuesta hacerme entender con el vendedor, a ninguno le interesa ser parte de esa conversación.
Son las 11:59 cuando llego a la plataforma y veo a mi colectivo irse lentamente. Lo sigo, le hago señas. Pero en el fondo no me preocupa la idea de que se vaya, me da igual.
Sin embargo me ven, frenan, subo.
Apatía, incomodidad, no me siento ni siquiera preparada para que corten un boleto frente a mi.

Busco mi asiento, me acomodo. Ventanilla, al lado de una mujer embarazada que habla por teléfono. ¿Por qué siempre me tocan a mí? Me da muchísima claustrofobia estar compartiendo un lugar tan pequeño con alguien que pega alaridos intercambiando palabras vanas y necias. ¿Por qué la gente discute casi con pasión sobre tantas sandeces? Se calla, comienza a leer un libro enorme de autoayuda.
Creo que hoy la gente no me gusta en absoluto. Me siento forzada a compartir su pelotudez. Estoy de mal humor.

---

Cierro los ojos, reclino el asiento. Me doy cuenta el sueño que tengo. Mientras se va apoderando de mí una sensación adormilada, suena Drawbar y es perfecto. Me voy pareciendo un poco más a mí.
Abro un poco los ojos. Pienso en el M. francés mientras comienzo a mirar por la ventana sin ver nada. El M. francés, esa belleza con ojos de gato y la r gutural, no quiso hablarme nunca mas. Le gusté, pero no le importé en lo mas mínimo. Me amargo y vuelvo a cerrar los ojos.

Amy me canta al oído: 'And although he's nothing in the scheme of my years, it just serves to bludgeon my futile tears. And I'm not use to this, no, no; I observe, yeah, I don't chase! So now I sit with consequences, thrust in my face. And the melodramas of my day deliver blows that surpass your rejection. It just goes to show a simple attraction that reflects right back to me. So I'm not as into you as I appear to be. And although my pride is not easily disturbed, you sent me flying when you kicked me to the curb. His message was brutal but the delivery was kind. Maybe if I get this down, I'll get it off my mind'. Pienso en la lista que me pidió P. y me doy cuenta que Amy Winehouse no puede faltar.

Duermo y me despierto intermitentemente durante todo el viaje. Llegar es una instancia confusa, nunca tuve mucha idea de como se llega a la Terminal de Rosario. Hay tipos limpiando parabrisas en las esquinas, varios me ven que los miro entre el sueño y el calor y me hacen señas y me gritan cosas. Los miro impasible, me importan poco.

Me bajo. Estoy terriblemente aturdida. Camino al baño veo a un niño pelirrojo en un cochecito. Me digo a mí misma que solo vi un niño cualquiera en un cochecito y estoy lejos de creerme. Me lavo la cara, una nena llora al lado mío y la miro, totalmente inexpresiva y fría. Mientras me miro al espejo, en la mente se me revuelven un montón de frases y recuerdos descontextuados que me van matando de a poco. En la semi-vigilia no puedo apartarlos y me torturan.

Una vez en el auto escucho a mi vieja repitiendo su discurso de siempre sobre el tránsito y el estado del pavimento. '¿Por que siempre hace lo mismo? Me siento como escuchando a la embarazada hablando por teléfono. Me cansa y me atonta'.

La cabeza no me deja en paz, vuelvo a sentirme mal en mí, vuelvo a no tener ganas de estar acá ni en ningún lado, ni ver a nadie. Estoy cansada de ser yo. El tiempo corre como acelerado por alguna fuerza extrena. Pasan alocadas las horas y mientras tanto, la imaginación me juega en contra. Abro el editor de texto, pero no puedo ni siquiera describir con palabras los escenarios que mi mente angustiada se imagina. Me siento amenazada otra vez, tal como cuando tenía 15 años.

Me detengo, lo pienso dos veces.
Sí, tal como cuando tenía 15 años.

Tal vez irme a dormir ayude.

19.9.14

The view from my eyes

Día 2

Salir de la cama es bastante complicado. Tengo las imágenes de lo que soñé aún en mi cabeza. Estábamos estudiando química y me sorprendía darme cuenta que me gustaba. Creo que hasta sabía más que vos. 
'No deberías usar remera roja en mis sueños, tengo la imagen engrampada en el cerebro. Duele.'

Ropa nueva.
Vanos esfuerzos por verme bien.
La chica del espejo, ella sí se ve bien. Qué linda figura tiene. 'Como cosa soy bastante linda'.
No me avergüenza ser cosa. Todos somos en parte cosa y en parte no cosa.  No puedo negar que además de mi subjetividad, está mi ente objeto.
Ese "ente objeto" no es objetivo y dudo que alguno de su clase lo sea, pero están las mentes que me piensan a través de lo que ven en él. No hay dudas de que entre todo el fluído contínuo de pensamientos y los escalones forzosos de mis sentimientos, también soy una cosa. Hoy estoy perfectamente bien con eso.

Me animo a calzarme los auriculares, el volumen está bajo y no intento cambiarlo. La música es como un satisfactorio ruidito que llena cierto espacio, que evita cierta incomodidad. Sin querer, añoro el detalle de que hasta antes de ayer era mucho más que eso, pero no me me puedo concentrar en ese pensamiento. Sigo bajando la escalera.
Esperando al subte llegar, se me bañan los ojos en lágrimas sin que me lo proponga, me agarran desprevenida, me interceptan en un instante de distracción. Se sienten mucho más relajadas que las de ayer en el archivo. La burbuja parece empequeñecerse con cada gota que colma mis ojos. Suspiro, no sé desde cuándo me importa tan poco que haya gente viendo.
Ah... gente. Por primera vez en el día tengo algún pensamiento sobre ellos. Hoy no son ni feos ni grises, sino más bien invisibles.  
Empieza a sonar Someone like you y la escucho hasta el final (...¡con lo que generalmente odio escucharla hasta el final!). No hay en todo el viaje acordes estremecedores ni beats profundos. Sospecho que no los habrá en un buen tiempo.

Me bajo por la salida incorrecta del subte, a plena consciencia, pero sin ningún motivo real o ficticio. 'Qué caprichos extraños que tenés, nena'.
Me duelen los pies. Estos son mis tacos más cómodos y no hace ni media hora que los tengo puestos. 'Yo no se porqué ustedes se esmeran en usar esos zapatos' me dijeron tantas veces.
Incluso me lo dijiste una vez vos cuando me viste trastabillar ('y eso que no estabas cuando me caí', pienso y me odio un poco).
'Porque son lindos, porque me veo linda en ellos. Porque doler por algo bello tiene mil veces más sentido que ponerse cómodo en algo que no nos produce admiración. All art is quite useless'.

Sand is overrated, it's just tiny, little rocks. Voy caminando lento, pensar en la playa renueva un poco el aire pesado y húmedo del Buenos Aires que me aplasta.

'No te quejes de Buenos Aires. Decidiste cambiar toda tu vida pero no cambiarla a ella. Algo debe tener'. Algo tiene.

Llego al estudio. Otra vez las luces prendidas, la música sonando. La escucho a mi jefa moviéndose por la cocina. Entro.
Hablo con ella. Estamos relajadas, la máscara no me pesa. Es casi un alivio tener que usarla, es una grata sorpresa poder hacerlo tan bien.
La máscara de mi jefa me agrada, le sienta natural. Es llevadera.
Sin embargo, y no puedo pensar esto sin dejar caer los párpados, sé que la lleva con aflicción; se nota en algunos suspiros cortos, en algunas frases inconclusas, en el dejo de melancolía que tienen sus ojos y que no se condicen con su sonrisa y su tono despreocupado.
¿Será que todos somos así? ¿Será que a todos nos duele?
Me paraliza brevemente pensar que ella ayer notó que me dolías vos. Por unos instantes se me reedita cierta sensación de no estar bien dentro de mí, presiento las heridas tras el velo. Me duele estar negándomelas. Me olvido.

---

No me siento adormecida, me siento despierta pero de una manera sencilla. Creo que estoy volviéndome mundana and proud of it. El archivo, que ayer me oprimía el pecho, hoy es fácil y agradable. Poner carpetas, sacar carpetas, no mucho más que eso. Incluso estoy poniendo de mi parte para que la disposición se vea bonita.

'Tal vez este hoyo pueda ser mi rincón, si ya me vio llorar, sería justo que empezáramos a querernos'.

Dije bonita, no bella. Ya no sé lo que es lo bello. Este día tiene decoración pero no arte, definitivamente. Beethoven de fondo, el último de los clásicos, el primero de los románticos. El primero que olvidó el estoicismo de las reglas y se libró a la pasión en la misma época en la que Werter y Goethe ponían los suicidios a causa de amores no correspondidos, de moda. 'Qué lindos pensamientos que tenés, Eugenia'. Igual, no hay nada en mi mente que se sienta suicida.
Mientras se desvanecen los últimos acordes del adagio, comienza a sonar una versión jazz de Hotel California. 'This could be heaven and this could be hell'.

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Voy, vengo, vuelvo. Abro el último cajón del archivero y está lleno de carpetas con colores brillantes. Me iluminan la vista: los colores vivaces y variados son tan reconfortantes como no pensar. Cada vez que a causa de hasta el más pequeño estímulo, me siento como ahora, como en casa, me dan ganas de estar en el campo haciendo tostadas. Me imagino con un vestido celeste, en una cocina vieja y cálida, frente a una gran ventana por la que se ven pastizales amarillos. Siempre estoy esperando a alguien, y en esa espera también siento algo de expectativa. '¿Será Francia? Parece'.

Me avisa mi jefa que va a venir G. La idea de verlo ya me gustaba desde antes de conocerlo, 'G.', su nombre es lindo, no podía estar mal. La primera vez que lo vi, descubrí que no lo estaba. Desde entonces, 'G.' es una buena señal.

Viene G., sonrisas, amabilidad de secretaria, él con sus tatuajes y la música al palo. Se va G. Me río internamente de manera algo socarrona. ¿Me estoy haciendo la linda con el chico de la gestoría? 'Sí, definitivamente'. Se nota que le parezco linda, no me sorprende realmente darme cuenta. Desde hace meses no me sorprende gustar.
(El resto del pensamiento lo anulo, mato la pregunta antes de que se termine de formar en mi cabeza).
¿Cuántos meses puede tardar G. en invitarme a salir? Me muero de hambre, G. no es un problema.

Me estoy forzando a retener todo lo que pienso y siento, no dejarme ir, no escabullirme cómodamente en medio del aturdimiento cotidiano. Tengo que seguir acá. No sé que queda de quien me gustaba ser, pero al menos estoy acá.
'No creés en el arte si no te considerás a vos mismo una obra. No creés ni en su magia ni en su belleza sino pensás que surgen de vos, que están adentro tuyo, que sos su instrumento y su dios'. Y., mi jefa, me va a matar sino le pongo pilas a estos poderes, pero sigo pensando. No puedo evitarlo, se siente bien. 'No sos una estúpida, sos una artista. Estúpidos son los que creen que no vale la pena sentir'. Ay, que pensamiento reconfortante es ese. No tener vergüenza de mí, toda una novedad. Sensación de at ease, ¿será por eso que quiero tomar un té?

'El psicólogo dice que sos un histérico y un neurótico, pobrecito vos'. Y la verdad, le molesta bastante que te mencione últimamente. '¿Podemos dejar de darle vueltas a este helado?'.
Pero vos hoy no sos ni un histérico ni un helado. Me levanté teniéndote cariño, creo.
Música triste. Flashbacks que no son mios, imágenes sepia, ella se ve muy feliz girando con su vestido suelto y tomándole la mano. Su pelo largo y su sonrisa son muy frescos, parece ser una chacra bastante modesta la que veo tras ellos. Creo que es él quien la ama y no al revés. Se distingue en su sonrisa timida y embelesada. Por suerte la cancion termina. Un jazz mas alegre, los poderes siguen ahí esperando que los ordene.

Estoy por irme a casa. Qué ganas tengo de ordenar la ropa cuando llegue. Really? Extrañamente sí. Me acuerdo de los dias soleados de mi primer año en Bs As. No estaba enamorada y los días buenos eran como éste. De repente, tengo una leve sensación de recuerdo sobre los días malos, una pequeña imagen de mí volviendo una noche del gimnasio y preguntándome para qué. Evito indagar ahí. Cobarde. Shallow and coward.
'¡Cuánta diferencia había en el orden de mi habitación entre los primeros meses y los últimos que estuve ahí! En septiembre ya dolías, y el mundo con vos'.

Salgo del estudio, cruzo las cinco puertas que me llevan a la calle. Me enamoro. Lo veo dos segundos y me resulta extrañamente parecido al M. francés. Me sorprende que alguien me abra los ojos aunque sea por algunos instantes. Sigo caminando. Un hombre sonríe y yo lo veo. Se lo ve muy feliz, exultante. Haberle prestado atencion a eso me alegra, qué extraño.

En el subte, unos ojos muy celestes y un cabello rubio de rulos me seducen. Parece que no todo está perdido. Le doy dos pesos a un hombre que se quedó sin casa y sin trabajo. No es algo que haga muy seguido y ni siquiera sé si me conmueve o no su historia, pero me agrada que tenga una y pueda gritarla en un vagón lleno de autómatas. Creo que el billete sólo significa: 'yo te escuché, sos un humano y te estoy viendo'. Creo que él lo sabe.
Estoy llegando curiosamente rápido. Ayer fue el viaje más lento de mi vida, wasn't it?
Todavía no me decido si estoy teniendo un buen día o me estoy haciendo olímpicamente la boluda. Probablemente las dos. El rubio de los ojos muy celestes tiene un casi clon en version morena de ojos pardos y hay otro rubio más rubio que parece británico. Un skinny british punk.
Saliendo del vagon a un hombre se le caen las llaves. Me animo a gritarle para que se dé cuenta. 'Dios, esta vuelta a casa está llena de hombres lindos. Y hasta ahora, sólo uno iba acompañado. That's kinda a progress'.
Paso por la verdulería, hablo fuerte, ¿qué me pasa? 'Esta felicidad es puro invento, al final... Sí soy una resentida'. (Me río de mí). 'Estoy haciendo todo esto para, simbólicamente, avisarte que estoy bien sin vos, que estoy perfectamente bien'.

Hoy lo veo a F. ¿Quién va a ir a encontrarse con él? ¿La chica de ayer o la de hoy? La de hoy no puede ver a nadie porque no existe, va a caer frente a la primera mirada sincera, frente al primero que cuando me mire a los ojos, me vea. La de ayer, bueno, la de ayer no quiere ver a nadie, realmente.

La nada misma

Día 1

No puedo creer que logré dormirme. Creo que eran las cuatro y media de la mañana la última vez que miré el reloj. Ahora son las seis y media y ya no quiero estar en la cama. Una fuerza invisible y que no pareciera salir de mí, ordena el departamento, prepara un desayuno para alguien a quien no le interesa más el sabor de las tostadas o el café. Deberes, deberes, deberes. En el sueño que aún se pasea conmigo mientras me muevo por la habitación, estabas vos. Vos y el Teatro Colón, pero no sé porqué estoy segura de ninguna de las dos cosas. No tengo imágenes, hay un puñado de sensaciones a la vez fuertes y apagadas. '¿Habré dormido más de una hora?'

Me siento a observar un lugar completamente limpio y vacío de anoche. Pareciera un volver a empezar. Fantaseo con la idea de que mi alumna no venga. No me siento preparada para hablar con nadie. Son las ocho de la mañana y tocan el timbre.

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Me cuesta llevar mi cuerpo. Siento los hombros desbalanceados, la columna enclenque. Los ojos vagos y distraídos en la nada.
Entro al subte, apoyo mi cabeza sobre el brazo que me mantiene parada.
Un par de ojos grises me observan brevemente. Tengo miedo que vean más de lo que pueden mirar. Yo sólo puedo distinguir una ausente mirada acusadora. Claros, oscuros, que más da. Intento que su mirada inexpresiva impacte en mi hombro y yo agacho la cabeza. Frente a mí, seis ojos castaños. Tal como con los míos, realmente no podría distinguir el iris de la pupila. Tal vez ni lo intento. Son ojos calmos en lo común, reposados en lo llano.

Llego y el clima de la música ya encendida es atormentador. No se supone que ya haya alguien y me extrañaría que hubieran dejando todas las luces y el reproductor encendidos desde anoche.
Las melodías se suceden encadenadas, cada una impregnando el ambiente de cada vez más nostalgia. Los sonidos no me tocan. En mi pecho crece una burbuja de sentimientos acaecidos y en su interior se atrincheran sensaciones incompletas, descoloridas, informes y maltrechas.

Miro un rostro en el espejo. La armonía de sus rasgos se ve desfigurada y la observo desgarbada y desprolija. Su imagen me deprime, '¿cuánto hacía que no era esto?' Mente sin entidad, pensar sin ojos, andar desenfocado.

Mi jefa me asigna un trabajo aburridísimo. Miro los papeles, miro la tijera, suspiro con pesar. No me siento capaz de hacerlo. Ella va y viene, en mi cabina el tiempo está detenido. 'Hoy te tocaron las manualidades', se ríe amablemente. 'Sí... pero no está mal. Así no pienso. Pensar es malo'. Intento sonar sarcástica, pero mi tono es amargo, no podría sonar más real. Ella se da cuenta, se detiene preocupada. Me pregunta si estoy bien, mi alma se estruja. Respiro con dificultad mientras me pregunta si alguien me rompió el corazón anoche. Desde mi nariz hasta la frente contengo las ganas de llorar. Por suerte, ella se entretiene en sus pensamientos, justo para darse cuenta que nunca me había preguntado si tengo novio. La palabra "novio" me suena tonta y vacía. Pienso en J. "Novio", que carga social superflua sobre interacciones tan complejas. 'Por supuesto que no tengo novio', pienso, '¿Cómo podría?'.
Le sonrío como puedo, le digo que no. Me defiendo evadiendo, es como si se formara rápidamente un caparazón sobre mí, y yo abajo, desesperada y transpirando frío, me muriera por gritar algo, por pedir un abrazo, pero no dijera nada. No pensar. '¿Cómo podría?'


Tiempo. Tiempo. Y. está hablando con la abogada en la cocina. Escucho la historia. Hoy parece no ser un buen día para nadie. Estoy tumbada en la silla, completamente incompetente como secretaria, tengo la vista clavada en un punto impreciso. Pienso en el rostro del espejo.

'¡Muchacha...! ¡Hablá más fuerte!' me dice Y., mi jefa. La abogada asiente. Sé que estoy consultándoles por el trabajo sólo por compromiso, porque en algún rincón de mi mente sé que no puedo estar sin hacer nada. Siempre que me siento débil mi voz se vuelve inaudible. Siento años viniendo a mi memoria y todos los 'hablá más fuerte' se acumulan en un solo pensamiento y duelen. Estoy cansada. Me designan el archivo. Este trabajo parece más complicado que el anterior. Me siento genuinamente desolada. No quiero tener que hacerlo, no puedo ni seguir escuchando las indicaciones. 'Por favor, déjenme ir, por favor'. Y. se va y me deja respirando fuerte, parpadeando más de lo necesario, girando mi cabeza en derredor. Me agacho para tomar la primer carpeta y la cercanía a mis rodillas se parece al lugar en que quería estar. Llevo horas intentando replegarme sobre mí misma para llorar. Mi mente se resiste, pero mi cuerpo no puede evitarlo. Los músculos de mi cara están rígidos y es el llanto más forzado que podría haber sido. Me duele que no pueda ser real. Intento olvidarme de mí y seguir trabajando.

18.9.14

Libre y vacía. Otra vez

- ¿Y ahora?

- ¿Alguna vez...? Es como... ¿Viste cuando sacás el relleno de papel de los bolsos o estuches nuevos? Ese papel no era estrictamente necesario, y de hecho nunca más va a tener utilidad ahí. La única razón para usarlo es que mantiene las cosas erguidas, les da apariencia de contenido, de sustancia 'bolso' o de sustancia 'estuche' y no de una masa informe y desinflada. Bueno, lo que tenía con él era exactamente como ese bollo de papel... apariencia de sustancia.

Sí, me podés decir que ahora soy libre, que tengo la vida abierta a lo nuevo. Y sí, soy libre, but, what a cost? Estaba loca por él.
Y ahora de repente, vacío.
Estar enamorado es como... uno se vuelve un loco lindo. Las cosas tienen color, sentido.

- Pero estabas sufriendo

- Es verdad, pero la paz tiene un precio muy alto. Ahora voy a intentar a consciencia reemplazar su nombre. Voy a convencerme de que alguien más me causa algo de poesía en mi interior. Y me voy a aferrar a su cuerpo como si estando cerca pudiéramos llenar nuestros vacíos. Y voy a querer que se enamore de mí, y voy a sufrir cuando eso no pase. Y tal vez ése nombre, el suyo, vuelva como antes, a mis sueños de tres veces por semana.

Ya sé lo que es no estar enamorado.
O la nada misma, o el vacío existencial. Y la calma eventual de un abrazo, o del bullicio de la gente y sus vidas ruidosas. Manchas borrosas de colores desvaídos, luces apocadas viajando en todas direcciones y no iluminando ningún lugar.

(for me to see, for me to see).

13.9.14

Script III


Beauty obliges us to go down on our knees. We think we found something that worths a whole living, that worths the ride, that should belong to the world.

That's how we fall in love. And that's exactly how we do it, falling.
The first time she saw him, she couldn't believe her eyes. She immediately felt in her stomach some kind of void, she felt The Vertigo, like she was looking from so high, but she was attracted to the floor, and the fear and the worship were the same thing.

We don't know which side of the story we should trust. The ones that says love at first sight is bullshit, or the one that states that you know it when it happens, that it is a natural trait of the human race to be in love.
She often asked herself if any of them was really meaning what they were saying, if any of these people felt anytime in their lives something so terrible as being in love and lacking of reasons. If any of the detractors of romantic love, had ever found anything so worthy and intense in their lives, or if they even could build such a solid true love relationship, they were sure, romantic love was just an illusion.

Knew that man his wife so well, he could say that he loves her for what she is and not just because? Was he saying that love at first sight isn't real because he knows the great and real one? Or was he just frustrated because she never made him feel such a way?

We can have great affection, and true careness for many significant people in our lives. We can love them as much as we can know them, and worry about them. And it is something that makes our lives a little bit less lonely. But... how can we possibly be in love with them? We are not. We find peace in that kind of love, we found more answers than questions. We find relieve.

She didn't find any of these things in him, at least not at first sight. She couldn't find them after, anyway. He was a mistery as much as her heart beating madly everytime they casually met in the same place was. 'Why, why can't I feel such a moving stuff about anyone I already know? It would be that much easier'. And much more important than that: "Why can't I feel it about my boyfriend?".

And that's a good point for a beginning. Like every point of inflexion that transforms what we already have. Love's not pure. We cannot love anyone but ourselves, because anyone exists outside of us. From them, we only have what we can see, and what it makes us feel. Love's redemption. Love can be breathe in a brief moment of awareness. Love is elevated. Love is sometimes the question, and sometimes the answer.

To her, to that miraculous moment of understanding life, love was not more that his eyes staring at the front, with his frown and his skin so pale.

Script II

- You know, I think that, when I found out that I can make good to people, I forgot that I can make them hurt as well.
I also forgot, I myself can hurt and that I've spent many years trying not to blame myself because of that.

- Hurting you or the others?

- Both - She sighed. - I... I feel so ashamed. I'm guilty and proud of being myself in the same proportion. I'm commited to change for the ones I love, as long as I forget I should be the one I love the most. And there's something inside of me that tells I love to be me despite all. I even love the harm that I cause. I love the irrational, I love the magic, I love the anxiety and the surprise. I love the view from my eyes. What I'm trying to say is that... I love feeling, because, I know how it is not being able to do it.

And then she started to cry. And the mourning was so intense, she had to hide her face. She couldn't let herself be seen, ebarrassment had taken over her, and she quickly forgot everything that made her proud of herself. As soon as nothing had any sense again, there was no more reasons to love anything about her. To want to be there, anywhere in the world.

 Her friend was there, looking at her steadily, with a pity looking in her eyes. She touched her face several times, looking for something to say, wondering whether a hug would help or not. She felt herself doubtful and not at ease.

- Why do you hate you so much? - she asked finally. Maybe it was a question she owed to herself.

She looked at her, with her eyes red and her look lonely and desperate. She couldn't cry anymore, even if she wanted. But she took the question seriously and tried to reply. Her mouth became rigid, she shrugged her lips and looked at the floor.

- I don't know. We tend to believe always the worst. Even when I, sometimes, love myself so intensely I do believe it's true, when it comes to the time that I cannot bare being myself, I just feel like a fool. A misguided fool that thought she loved herself for so long... - she looked at the ceiling, and made a gesture that looked like a smile. Her smile when she cried was beautiful and terrible.

It's terrible we can find beauty in pain, we are even more receptive those times, we look at the others more carefully and get better at observing. And she was terribly beautiful with her eyes red, her tears dry and her humanity down.

Script I

- I find you beautiful, and interesting
And I'd like to leave a memory of me on you
I'm freely devoted to your beauty, to the pictures my mind rushes to make when I see you
I'm in love with these soft goosebumps I get
I think I'm not in love with you,
I'm in love with the idea of you, but... isn't it all I can have? I mean, aren't the ideas of others the only significant things in our lives?
I don't know who you are, yet I'm delighted by what I see in you makes me feel.

- But you don't know me

- I will never know you, but it doesn't prevent me being crazy about you

- Ok. You just don't know who or what you are crazy about, it's just your thoughts you love.

- Everytime one sees any other, the guy just sees what he thinks. And he couldn't see more. You, whatever you are, have unblocked my more subtle perceptions. You have unblocked my art. My inner and trascendentally genuine view of art. I... don't know. Keep talking, it doesn't make any sense to me.

- I am your muse, then. You found a piece of world to worship. But I don't worth it. I'm just... me. I, I mean... I admire your feelings and your thoughts, but I'm worried about how much responsibility I have out of this.

He smiled and laughed briefly.

- I will live my love even if you resist it. I'm living it now, I will be living it although you refuse my invitation, I would probably write or paint about the girl that said 'no' and it will be beautiful, and then I'll probably stop loving you so intensely, you'll be just a warm memory, a good reminder of how being alive should feel. But, life is made out of moments, you know? I would like to share this with you... because, sharing... Truly sharing, it feels like a purpose to me, like a meaning to everything.


19.8.14

Errante XIV

 
- Hola, Ari - dijo Santino alargando la 'o' pesadamente. Se lo escuchaba cansado y desmotivado. Ariana no lo notó inmediatamente, porque ella misma se sentía también de esa manera. Los días le resultaban aplastadoramente aburridos desde que Santino no estaba con ella.
Y no tenía sólo que ver con su ausencia. Intentaba llenar todos los espacios vacíos de su día (desde que salía del trabajo a las tres de la tarde hasta que se iba a dormir) y ello le resultaba una tarea particularmente agotadora. Se había inscripto a yoga los martes y jueves y los viernes por la tarde iba a tomar algo con sus amigas. El resto de los días sólo se dedicaba a limpiar aquí y allá el departamento que cada vez le resultaba más grande, pasar tiempo con Fito, su perro caniche, y hablar con su madre por teléfono.

Las mujeres de su vida: su propia madre y sus compañeras de trabajo, no dejaban de remarcar las inquietudes que le generaban ciertos detalles de la nueva vida de Santino en Inglaterra. Con la elegancia de toda mujer, dejaban caer casualmente en la conversación una insinuación certera y fatal que no sólo daba espacio para la aparición de mil dudas en su cabeza, sino que en aquellos mismos comentarios esbozaban todas sus respuestas.

'Está bien que tengas tu espacio, ami. Que salgas con nosotras, bailes, te diviertas. Olvidate un poco y confiá', le había dicho una de sus amigas el viernes anterior, no sin luego agregar: '...que si él está con otras mujeres allá no te vas a enterar, e igual va a volver y casarse con vos. Dejalo fluir.'

Santino le repetía una y otra vez que sus únicos roces sociales eran en la oficina y que en su mayoría eran hombres casados y mayores que él. Con toda la inocencia que lo caracterizaba cuando quería ser convincente, le aclaraba que sólo iban a tomar cerveza después del trabajo y que él se aburría porque con el cansancio no se le daba muy bien el slang británico. Y ella le creía porque sonaba tan cierto en ese momento, con su risa aún juvenil del otro lado de la línea y su 'mi amor' presente en todos los finales de todas las frases. Entonces sonreía, se decía para sus adentros que era una tonta por la paranoia, y una sensación amarga e inexplicable se iba apoderando de ella hasta que finalmente se iba a dormir.

- Mamá pasó a buscarme por el consultorio hoy y la acompañé al médico. Le dijeron que no era nada, así que estamos tranquilas. Después de eso fuimos a la casa de Cari, que cumplía años. Hizo unos licuados de kiwi y banana riquísimos, algún día cuando vuelvas, te preparo para que los pruebes - comenzó a hablar para disimular su propio estado y acusar la mayor normalidad posible.

- Ah... - Santino prolongó un silencio incómodo, antes de agregar - No tuve un buen día hoy. No... no me siento bien, perdón.
El corazón de Ariana comenzó a latir desesperadamente. Se sintió avergonzada y tonta. Suspiró con cansancio y antes de que pudiera responder algo, su novio retomó con un tono algo más apaciguador y dulce:
- ¿Mañana hablamos, dale? -

- Dale, Santi... me dejás preocupada.
Pero sin más respuestas, sintió a Santino colgar la llamada.

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Estaba increíblemente taciturno desde que se había desmayado en la morgue. Se sentía incapaz de llevar adelante lo único que debía hacer bien: completar la investigación, presentarla como trabajo final y llevarse una excelente calificación por parte del equipo de Teresa Iribarren. Luego de despertarse en la oficina del Dr. Wellson y que éste le ofreciera un té, se había dirigido cabizbajo a la oficina de redacción con la intención de recoger sus cosas y no hablar con nadie en todo el trayecto.
Lamentablemente le había sido imposible pasar tan desapercibido como pretendía y la gente lo saludó a su paso como si su traje fuera fluorescente. Absolutamente todos los que podrían haberse detenido a intercambiar palabras con él lo hicieron, y las miradas que le daban eran particularmente intensas e inquisidoras.
Cuando finalmente logró sortearlos a todos y llegar a su escritorio, se encontró con la media sonrisa de Pam y su collar de cuentas rojas acercándose hacia él. Suspiró en resignación y miró hacia sus carpetas. No quería que le preguntara como le había ido en la morgue.

- It's ok. Doesn't it look like a good day, huh? - preguntó ella al pasar, tomando registro de su clara intención de evitarla.
- It definitely isn't a good one. Sorry. See you tomorrow, I guess.

Pam volvió a sonreírle comprensivamente y no preguntó más. Santino se sintió apoyado en esa semisonrisa y le agradeció tácitamente que no agregara ningún comentario. También le sonrió y le apretó suavemente el hombro como gesto de despedida.

El subte estaba más vacío que de costumbre y llegó a su departamento mucho más rápido que otras veces. Le tocaba su llamada diaria a Ariana, pero ella no era la excepción. No quería hablar con nadie y sabía que las palabras de su novia intentando alentarlo no ayudarían. Sólo aumentarían la sensación de incapacidad y frustración. La conocía perfectamente y aunque le costara admitirlo, Ariana sólo se quedaba con la parte superficial de todos los asuntos. Sus respuestas, aunque se esforzaban por ser cálidas, sólo contenían un cúmulo de frases vacías y nerviosas. Ariana necesitaba recibir afecto hasta cuando se esforzaba por darlo, pensó Santino. Volvió a sentir una amarga sensación de pena por su novia. Luego pensó en la media sonrisa de Pam. Aquella muchacha parecía haber comprendido la situación a la perfección. Sus pómulos habían dibujado su mirada gatuna bajo los anteojos con un brillo intrigante.

Cuando terminó la breve llamada y estaba solo por fin, su cansacio y su alivio cayeron como una piedra en su estómago y se venció sobre una de las sillas del comedor. Tenía en sus manos la carpeta con la foto de Victoria Deneuve, aquella pobre argentina con una muerte tan extraña. La miró profundamente a los ojos y vio en los de ella una tristeza difícil de clasificar. Una extraña melancolía, un descreimiento agotador. Suspiró otra vez.

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