3.1.10


Lleva a cuestas un amor, tres semanas, doscientos cuatro mensajes y ese brillo de pesar en la mirada tras su andar errante y resignado...


"No te pierdas" sus músculos y sus nervios se tensaban en espasmos de dolor sobre su centro, rítmicamente.

"Cuando el SIDA desaparece, el enfermo ha muerto y sin poder sentir o pensar deja salir cada gota del virus"

Sin recordar, sin dolor, sin más imágenes, con los ojos cerrados y las córneas ardiendo, dejaba supurar la herida. Las lágrimas brotaban y recorrían su mejilla hasta llegar a los nervios de su cuello y seguían de largo sin retorno.
"Voy a estar orgullosa de mí" abrió los ojos y no pudo evitar una contracción más fuerte en su cuerpo a la vez que la mueca de su cara ahogaba un grito.
"Voy a estar orgullosa de mí", ojos cerrados, lágrimas, sábado a la madrugada.

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