Nunca pensé que fueras a ser eternamente joven. Los años estaban empezando a transcurrir en tu piel, poco a poco, disimuladamente, como si no tuvieran nada que hacer ahí.
Yo creí estar, pasiva, mientras de a poco, ya no éramos adolescentes, mientras ya no cantabas para mí, ni yo estaba ahí para escucharte. Creí que estábamos creciendo y que nos íbamos a volver a encontrar en otro punto del camino, y después de un silencio largo como el recuperar lento de la consciencia al despertar, nos íbamos a reconocer y aceptar, nuevos.
Eso creía yo.
Nunca pensé que fueras a ser eternamente joven. La gente feliz envejece y cada sonrisa se convierte en una arruga amable en un rostro atemporal y sosegado, pacífico. La gente feliz, con el tiempo, es sólo un par de ojos brillantes y dos manos cálidas.
Creo que fui ilusa.
Creo que me olvidé de vos.
Nunca te quise ver, mis ojos sobre vos sólo miraban mi reflejo.
Hoy querría ver tus ojos marrones brillando entre tus arrugas.
Pero nunca te voy a volver a ver.
Sos eternamente joven.
Ya dije que las metáforas son peligrosas. El amor empieza por una metáfora. Dicho de otro modo: el amor empieza en el momento en que una mujer inscribe su primera palabra en nuestra memoria poética. Milán Kundera
26.7.17
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Entradas populares
-
The only artists I have ever known who are personally delightful are bad artists. Good artists exist simply in what they make, and consequ...
-
Olvidada pureza, cómo quisiera rescatar ese dolor de Buenos Aires, esa espera sin pausas ni esperanza. Solo en mi casa abierta sobre el ...
-
La palabra marchita, la imagen perdida. Vos y yo buceando en un mar infinito de repeticiones y arrepentimientos. De lo que fue (no nos qu...
-
Te juro que todo mi cerebro está concentrado en que tengo que sentirme bien. ¿Vos sabés cómo es eso?