19.1.10

Levantó la ceja derecha mientras tácitamente la atraía hasta sí y cerraba los ojos. Habían estado esperando ese momento durante meses pero ahora que estaba ahí y resultaba inminente no les importaba retrasarlo y darle toda esa magia de parque soleado y de picnic a las tres de la tarde. Ella seguía con los ojos muy abiertos y su boca esperaba en un rictus de pánico. Él lentamente cerraba los ojos y se acercaba por intuición a sus labios enrojecidos por la sed después de varias horas al sol. La besó. La besó y ella no se movió de su lugar, sólo una mano tímida pasaba de sostenerse de aquél banco de yeso a su pecho y lejos de apartarlo lo llevaba hasta ella. Él pasó una mano por su cabello mientras volvía a besarla lenta y suavemente, como si ella pudiera romperse o como si un beso pudiera doler. El calor era abrasador y la intimidad se acrecentaba a medida que se acercaban y se desvanecía todo en derredor. Estaban solos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas populares