30.11.09

A veces me hallo en una contradicción. Te quiero; te quiero y me gustás; te quiero, te extraño y me gustás. ¿Te quiero o te quiero para mí?
Ambas... Pero me quedo con la primera. La primera sólo requiere de mi buena intención, la segunda depende de vos.
Y como te quiero como el ser independiente que me gustaría que fueras, sería hipócrita rogarte, pedirte u obligarte que estés conmigo. Por eso, aunque a veces pienses en mí como "una abuelita" que se preocupa por vos de una manera casi sobreprotectora, sería bueno que sepas que esa es mi manera de demostrarte mi cariño. Porque, tal vez parezca una excusa para sacarte tema, o para invadirte, pero no lo es. Me preocupás, me interesás. Me preocupa como te fue en las materias que andabas mal, me preocupa que te hayan dejado solo en un grupo, me importa si buscaste la libreta o si levantaste matemática. Porque quiero que te vaya bien. Porque yéndote bien, es más fácil que te sientas mejor. Y sientiéndote mejor, tenés más chances de ser feliz.
Claro que me gustaría que lo valoraras, claro que me gustaría que tomaras las decisiones correctas. Pero por lo menos, quiero que sepas todo esto. Una vez más.
Porque ya estoy cansada, cansada y aburrida de parecer la Madre Teresa de Calcuta en todo esto. Porque ya nadie me cree que yo sea tan buena y desinteresada. Porque es difícil creer que te quiero para vos y no te quiero para mí. Porque de alguna manera no es cierto. Te quiero para los dos. Pero entre vos y yo. Prefiero que estés bien con vos.
Ya basta.
Es lo último que voy a escribir con este propósito. Si alguna vez, por esas casualidades de la vida los lees, leelos todos e informate. Y listo, me voy a dedicar a la creatividad desde un nivel más abstracto.
Gracias,
me retiro.

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