9.12.14

Another mindless crime, behind the curtain, in the pantomime



Andrés, a la sombra de sí mismo. Una sonrisa, mirada al suelo, un leve balanceo. Tal vez una broma. Andrés in the spotlight, no se reconoce. Clara, presa de sus fantasmas. Sus labios tiemblan, no se encuentra en su voz. Ojos vidriosos, manos húmedas. El rictus podría ser de bronca. Enojo de sí misma.

Andrés atiende el celular, y con la otra mano fuma. Tira la cabeza hacia atrás, ríe. En su pecho se pregunta porqué. Clara hurga en su cartera, los dedos son ligeramente imprecisos. Mira la hora, escucha los latidos de su corazón. Andrés la mira alternativamente. A ella, al piso, le sonríe a la pared, a ella.

Oscuridad.

Vibra un celular. Andrés no mira. Clara siente un escozor frío bajándole por la nuca hasta el final de la espalda.

Oscuridad.

Andrés toma una cintura, huele un perfume. Andrés sonríe, se muerde levemente el labio inferior. Un cabello cobrizo y abultado de mujer lo cubre, unas caderas redondeadas cubiertas por un vestido negro lo hechizan. Sus dedos tocan levemente unos muslos, se pasean por una espalda desnuda. Recuerda y el recuerdo se trasluce en sus pupilas.

Oscuridad.

Una luz. Clara, su mandíbula tirita un poco. Sólo se puede ver a la luz impactando suave y azulada sobre su perfil. Su piel es tersa, su nariz, grande y recta. Un mechón lacio y rubio cae sobre su frente. Luce desvaído. Le falta el rojo, le faltan las ondas. Tal vez a su cadera le falten las curvas.

Dos caídas de párpados. Algunas luces se pasean tontas por la sala. Van y vienen, ensombrecen e iluminan sin ningún propósito. Sientan escenas, retiran escenarios. Clara sigue sentada. Andrés toma su celular con una mano. Con la mano libre, busca a tientas la pequeña cintura que lo acompaña.

- Clara, vamos - le dice una voz cálida
- Andrés, vámonos  - le dice una voz aterciopelada

- Clara, ¡por favor! - insiste
- Andrés... dale - sugiere

Clara mira hacia la voz. Andrés se hunde en el cabello perfumado y besa un cuello.

- Sí... - se resigna
- Sí... - acepta acompasadamente

Las luces iluminan la escena de repente y un ruido sordo de sillas que se mueven completan el cuadro. Andrés busca a tientas una pared y apresa a la figura que se entrelaza a su lado. Se interna en un beso con los labios, con las manos, con las piernas. Se interna en una intimidad de tumulto y ojos que acompañan a las luces.

Clara toma su abrigo, sonríe forzadamente, abraza distante a su amiga. Mira y no puede dejar de mirar. Baja la cabeza, pero no puede dejar de mirar. Tantea su celular, mira la hora, pero en realidad no ha dejado de mirar.

Por un segundo se cruzan. Andrés miente. Clara lo espera. Andrés finge concentración con todo su cuerpo, pero sus ojos la miran. Clara sabía que aquello iba a suceder.

Su corazón late desenfrenado. Ojos celestes, ojos pardos. Las miradas parecen estar sostenidas por un hilo invisible. Tenso. Fuerte.

Clara ya puede dejar de mirar. Clara no puede seguir mirando. Andrés miente. Andrés finge no haber mirado nunca.






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