26.7.17

Nunca pensé que fueras a ser eternamente joven. Los años estaban empezando a transcurrir en tu piel, poco a poco, disimuladamente, como si no tuvieran nada que hacer ahí.
Yo creí estar, pasiva, mientras de a poco, ya no éramos adolescentes, mientras ya no cantabas para mí, ni yo estaba ahí para escucharte. Creí que estábamos creciendo y que nos íbamos a volver a encontrar en otro punto del camino, y después de un silencio largo como el recuperar lento de la consciencia al despertar, nos íbamos a reconocer y aceptar, nuevos.
Eso creía yo.
Nunca pensé que fueras a ser eternamente joven. La gente feliz envejece y cada sonrisa se convierte en una arruga amable en un rostro atemporal y sosegado, pacífico. La gente feliz, con el tiempo, es sólo un par de ojos brillantes y dos manos cálidas.
Creo que fui ilusa.
Creo que me olvidé de vos.
Nunca te quise ver, mis ojos sobre vos sólo miraban mi reflejo.
Hoy querría ver tus ojos marrones brillando entre tus arrugas.
Pero nunca te voy a volver a ver.
Sos eternamente joven.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas populares