7.2.10

Correo diario

Querido Joan,


                      sé que esto puede parecerte extraño porque hace ya más de cinco años que no hemos vuelto a vernos, pero quería revivir la esperanza de recibir una palabra tuya en este momento. Te envío la carta a tu dirección de Marbella pero de todas maneras, también mandaré una copia a la casa de tía Eloisa que sé sabrá encontrarte. La vida tiene vueltas raras y muchas veces no sabemos por qué las cosas suceden o qué extrañas fuerzas nos llevan a realizar nuestras acciones pero sólo nos hallamos allí parados sin saber donde seguir. Es por eso que te escribo esta carta hoy. Mi madre se ha ido hace ya dos meses y ya todos nos lo esperábamos en casa y desde ese momento necesito escucharte sólo a tí. El consuelo de mi padre, de Franco y de Ana no ha servido de mucho sin tu palabra sanadora. Incluso Ignacio se ha frustrado en la tarea. Él y yo nos distanciamos hace tres semanas. ¡Y no sé! ¡Me gustaría decirte tantas cosas! Me gustaría que tan sólo estuvieras aquí para aconsejarme una vez más, para decirme lo que es correcto y para darme un nuevo hálito de vida. Espero que allí las cosas estén bien y que luego de nuestro último encuentro tu vida haya sido como la habías previsto. Realmente deseo que puedas leer esta carta.


Con todo mi amor,

Nancy

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