15.10.09

Remembering ~


II


En la primavera del año anterior nos habíamos conocido y todo había sucedido muy rápido. Ya no tenía ganas de volver a repasarlo, sus detalles me incomodaban y sólo el dolor podía hilvanar esa historia. Apenas la pensaba me surgían muchas imágenes inconexas, luminosas, casi deshechas: un helado, una risa de fondo, una película, los latidos de mi corazón bajo un sol abrasador, su cuerpo tan cerca, un beso, una flor, más risas, un llanto interminable…
Basta. Era suficiente. Lo quería lejos y pronto. Mis ojos nunca iban a olvidar las noches en vela mirando el techo con la cabeza en cada uno de esos lugares que visitamos juntos, preguntándome porqué, porqué, porqué.



Y sin embargo ahora él estaba ahí, con todas las preguntas para hacerle, y yo sentí que no quería hacerlo, que no quería un motivo para sufrir, para revivir esas noches, para escuchar todo aquello que me imaginé mil veces pero nunca fue dicho.
Sentía que allí sentados el tiempo pasaba muy lento y se agotaba poco a poco, intuí que tras esa cuenta regresiva algo iba a pasar, pero jamás se me hubiera ocurrido qué. Percibía que sus ojos me acosaban a intervalos y luego sentía que dejaba de respirar. No quise figurar lo que estaría pensando.


- Eh, yo… - empezó a hablar tímidamente mientras intentaba captar mi mirada.


Un centenar de repentinas gotas y el ruido ensordecedor de un trueno lo calló y yo aproveché para levantarme e intentar huir. Sabía que una persona normal buscaría refugio y hasta se dispondría a escucharlo pero yo solo quería volver a la fiesta, a través de la arena mojada con mis pies descalzos y mi vestido de verano, donde estaría colmado de gente que no me interesaba dándose codazos y elevando la temperatura del lugar, por lo que terminaría de mal humor, mojada y probablemente enferma. Pero la sola idea de buscar juntos un lugar donde esperar que menguara la lluvia me hacía dar un vuelco al estómago.


Cuando intenté emprender el regreso fui detenida por su brazo, que tomó uno de los lados de mi cintura. Rápida e instintivamente me aparté.
- ¿Dónde vas?
- Adentro
- La quinta está muy lejos


Arqueé las cejas y otra vez me dispuse a caminar. Esa vez me arrinconó contra la roca para que no me escapara.
- Vayamos a mi casa. El auto en el que vine está más cerca y mi casa está a menos de diez minutos.
- Estás loco – evité su mirada
- Por favor


Lo dijo en tono de súplica y me tendió, además, su campera. Esto se estaba tornando surrealista, mucho más intenso que aquellas cosas que había llegado a soñar.
La acepté casi instintivamente y en ese momento supe que había cometido mi primer gran error. Ahora deberíamos ir hasta el auto y debería exponerme una vez más a su mirada. Esa mirada que había amado tanto y que había reflejado el aire ausente de su ser durante meses.


Perdida en sus ojos pardos seguía cuando me di cuenta que aún estaba pegada a una roca sin poder salir, mojándome bajo esa lluvia intensa.
El tiempo aminoró su marcha y cesó la cuenta regresiva.


Me hallaba inmóvil con los ojos muy abiertos esperando el momento sin resistirme, mientras su cara se acercaba poco a poco a la mía, mientras la punta de su nariz rozaba mi piel, mientras sus labios tocaban los míos y los sellaban con un beso, mientras mis manos iban a parar a su cuello y subían por su pelo.
No. No debía estar haciendo eso, no en ese momento, sin haberlo querido y después de haber sufrido tanto. De haber esperado tanto. De…


Siguieron besándose cada vez más entrelazados hasta que la lluvia empezó a disminuir su caudal, hasta que él decidió separarse de ella y decir:


-¿Vamos al auto?

1 comentario:

  1. porque a esta chica le salen als cosas bien?
    jajaja
    "y un dia lo vas a tener ACA y vas a decir.. ya fueeeeeee" ajaj
    dios, TERMINALA me quede con toda la intriga :)
    May

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