18.5.10

Otherside

¿Qué se supone mejor? ¿Qué tendríamos que hacer ahora para apalear el dolor que se pasea inmutable por nuestras bocas? Quizás pensabas que esto nunca iba a pasar, que la invariabilidad de tus destinos era tu fuerte, que apretando los dientes y cruzando los dedos se conseguían cosas. Pero vos sabías cómo iba esto. ¡No, si vos sabías! Te hiciste la idiota, cosa que a las mujeres nos sale bastante bien. Pero yo no soy tu amiga de secundaria, no, yo no soy de las que le consiguen noviecitos de las técnicas a sus compañeritas ilusas.
Vos me dijiste que soy cruel. Vos vivís diciendo que no tengo sentimientos. Perdón, pero no te compadezco. Me llamaste también desubicada. Desubicada, sí, por no sumarme a tu juego.
Te miraba fijo mientras me acercaba la taza de café y levantaba una ceja de resignación por sobre el marco de mis anteojos. Podía verme reflejada en el espejo del bar. Me veía realmente atractiva con el pelo recogido. Vos, sin embargo, estabas marchita, temblando de cólera y con el esmalte saltado en tus ajadas manos. Una vida horrible, pobrecita, ¿no?
"Dejá de mirarme, perra" pensé, mientras tus ojos corroídos de envidia escudriñaban mi semblante. "Dejá de mirarme".
- No te conozco - gesto de resignación leve, de ira contenida.
- Ajá - no tenía ganas de hablar, no tenía ganas de más ella por hoy.
- Qué decepcionada estoy, pensé que nuestra relación era distinta - "sí, gracias, yo pensé que no teníamos relación".
- Bueno sí, emm... - ¿Otra vez yo arqueando las cejas? ¡Qué aburrido, por Dios!
- ¡Contestá! ¡Decime algo! ¡Contame cómo fue que te acostaste con mi marido hija de puta!

Me reí enfáticamente y negué con la cabeza, ¿qué se le puede decir a una mujer tan básica como ella? Be careful, mate. Pensé algo que decirle que la tuviera conforme, pero no fue fácil siendo tan distinta.

- Bueno, digamos que no se vienen llevando muy bien últimamente, ¿verdad? - no podía evitar reírme por dentro.
-¡Qué decís, zorra! ¿Que no nos llevamos bien? ¿Y vos qué sabés de mi relación con mi marido?
- Es que, a efectos prácticos, ya no es tu marido. Dejó tu casa hace un año y no hablan desde hace seis meses, ¿entendés?

Creo que no he visto llanto más desesperado que ése. Cuando miré sus profundos ojos amarillos vi el odio florecer, así como ella debió haberlo visto en mí, quince años atrás. Vi el dolor de lo innegable de su verdad en cada lágrima, en cada cicatriz de platos sucios a las tres de la tarde, de borrachera y él no llega, de "se fue".

-Te odio. Me robaste, me robaste...

Una lágrima final, una mirada. Tu llanto se extinguió mientras mi visión se tornaba confusa y vos girabas, caías, girabas cayendo. Un último sorbo.

2 comentarios:

  1. Las boludeces que se hacen cuando uno termina rápido una prueba en la Cultural u.u

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  2. aaa si,, yo te vi cuando lo estabas escribiendo, pero no pregunte nada orque asumi que tarde otemprano lo ibas a subir ^^
    me gusto.

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