2.3.11

Acá sentada

Esperando, los días no pasan. Se oxida el presente en un trago amargo de nostalgia, de pasado, y de vos, mientras sigo esperando. Los pocos conocimientos que tengo del futuro se reducen a eso, a estar acá sentada mientras revuelvo la copa, miro la yema de mis dedos con lentitud y chasqueo la lengua de vez en cuando en señal de esa obstinación tan mía. De un eterno nunca dejarte ir.

Porque la vida se adecua a esto que soy desde que te conocí. Espera en primer plano y todo lo que pasa alrededor, en gris o a colores, yace detrás de vos, detrás, casi invisible y apenas cálido. En cambio, promesa al frente, relucís en todo lo vasto de tu negro (vacío) impoluto.

Ahora... ¿por qué te digo esto ahora?
Si sé que lo sabés.
Sé que te gusta.

Nos gusta. Esperarte, nos gusta. Yo te espero a vos, y vos también. No sabés que va a salir de vos, pero te parás al lado de mi figura inmóvil y expectante, te mirás la yema de los dedos y revolvés la copa. Sabés que en algún momento vas a llegar y todo va a ser mágico como la primera vez. Ni siquiera te planteás descubrirte, llegar a vos y venir a mí, que te espero. No... ya vas a llegar solo, pensás.

Y yo entonces, creo que te estoy diciendo esto para que dejes de esperarte y vengas a buscarme como estés, listo o no, no me importa. Que te muevas sino yo no voy a poder.

No es algo que surge de la lógica circular que conduce tu vida, mi vida, la vida de los dos desde hace un tiempo. Es algo relacionado al cambio en su tinte más valiente, y al juntos, desde su lado más cobarde. Vos sabés como se dice, y yo me acuerdo perfectamente.

2 comentarios:

  1. me encantaaaa! =) me re gustan este tipo de textos ^^

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  2. Gracias Andy! La verdad que cuando lo releo no me gusta x) pero bue, así soy yo, inconformista a full jaja

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