12.5.14

Errante X



- ... Sí, parece que va a ser una noticia muy importante. ¡Y yo estoy a cargo de la investigación! ¿Qué tal, eh?
- ¿Santino...? - susurró Ariana del otro lado de la línea - Te extraño. -
- Yo también, mi amor - respondió Santino algo confundido mientras se preparaba un café.
- ¿En serio me lo decís? Parece que la estás pasando muy bien allá -
- Sí, la estoy pasando muy bien, pero eso no significa que no te extrañe - Santino intentaba ser lo más sincero y convincente posible pero sabía inevitable que se aproximaba una charla difícil sobre el tema.
- Ay... no soporto que estés a tantos kilómetros, y yo acá, pensando todos los días en vos, con mi vida de siempre, aburrida. ¿Vos pensás en mí todos los días? Estoy segura que entre toda la gente nueva que debés conocer y todas las cosas que te pasan... - se oyó un suspiro profundo, Santino mentalizó su gesto de sollozo, sabía que Ariana estaba esforzándose por no llorar. Se sintió terrible.
- Eso no es así, Ari, no es así.

Escuchó un leve llanto del otro lado. Sólo había pasado un mes, y todavía restaban once. ¿Ella acaso tenía razón? ¿Pensaba en ella en algún momento del día fuera de su llamada diaria?
Estaba tan acostumbrado a besarla todos los días, abrazarla en público, llevarla a todos los eventos y reuniones sociales, y todo esto, que formaba parte de su vida haciéndolos un uno irreductible, era agradable, le daba sensación de hogar, y sin embargo, ¿añoraba algo de eso ahora?

Suspiró el también. Y el suspiro fue audible en ambos lados de la línea.

- Qué boluda soy. Seguro estás cansado. Perdón, soy una desubicada. Te amo San.
- Yo también. Y te extraño. En serio.
- ¿Podría ir a visitarte algún día, no? Siempre quise conocer Inglaterra - se rió, y en la risa sonaron los restos de su llanto anterior. Santino sabía que ella lo planeaba desde hacía meses. Lo proponía en broma en cada reunión familiar, lo hablaba con sus amigas como si fuera un hecho, y hasta había planificado que lugares preferiría conocer en Londres. No sabía porqué pero esta idea lo ponía realmente incómodo.
- Eh... claro, mi amor. Me encantaría. Ahora estoy con mucho trabajo, mañana me tengo que despertar temprano, va a ser un día largo. ¿Estás mejor? Hablamos mañana.

Apenas escuchó la respuesta de su novia antes de cortar. Se sentía agotado.
Mañana tendría que presentar su propuesta de investigación a Teresa e ir al departamento de policías, tal vez a la morgue. Nunca había ido a una morgue antes y esto lo perturbaba un poco. ¿Cómo olería el lugar? Sintió náuseas de solo pensarlo.

Y encima Ariana... Pobre Ariana.
¿Por qué sentía lástima por ella? ¿Por qué no extrañaba estar a su lado?

Se sentó sobre la cama, se quitó la camisa y abrió la notebook. Le daría una última mirada a la propuesta de investigación y se iría a dormir.
Tomó la taza de café, la puso sobre la mesa de luz, se recostó un poco y miró el cielo neblinoso de Londres por la ventana. Supo que así era cómo y dónde quería estar. 


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