2.6.10

Hasta que te das cuenta

Hoy me puse a pensar en el sentido que me representa. Y más allá de cuál sea el que tengo más desarrollado (que de hecho, creería que ninguno en especial) intenté darme cuenta cual es el "más sensible", es decir, el que me permite percibir el mundo de una manera más intensa que los otros, o al que le presto más atención.


Ganador: la audición

Tras darme cuenta que soy bastante zapallo con la vista, y que las imágenes no me conmueven, en absoluto, y sólo puedo racionalizarlas para dirimir sus propiedades (linda, fea, triste, etc, etc), también caí en que las únicas imágenes que realmente me movilizan son aquellas que están acompañadas por un muy buen soundtrack (onda película o video clip o incluso las imágenes que genera mi mente cuando escucho música), así que, por asociaciones obvias, resolví que debe ser el sentido auditivo el que más me conecta a la Tierra.
Y después, con lo último, le encontré sentido.
Me dí cuenta que mi parámetro para soportar a la gente, es justamente por su voz o su manera de expresarse con ella. Una persona con un timbre, una altura, o un volumen que me desagradan, los rechazo totalmente por muy buena persona o por muy interesante que sea lo que tiene que decir.
Así que de esto, desprendí los siguientes grupos que me suscitan sensaciones y sentimientos varios:

- Los que hablan en voz muy alta: Todo mal, no me los banco, les huyo y por principio no los quiero cerca. Si llego a encontrarme casualmente con alguno lo más probable es que conteste monosilábicamente dejando en claro que no tengo ganas de hablar con ellos. Mientras obviamente, muero de las ganas de sacar unos buenos headphones y ponerlos al palo para hacer obvia mi intención.

- Los que tienen alguna especie de tic (risa, tos, carraspeo): Me incita a la violencia, como bien diría Noe. Me dan muchas ganas de pegarles, posta. Pero por lo general opto por la opción 1: mirar para otro lado para no traducir en mis ojos la violencia, y contestar monosilábicamente. Resultado: ganas de llorar.

- Los que tienen una voz demasiado aguda: Listo, muerte, desesperación, armas de fuego, y todo lo relacionado con la violencia que pueda existir. Escuchar a una persona que tiene una voz demasiado aguda me presupone un esfuerzo sobre humano, y por lo general, ABORREZCO a dicha persona. Siento como si me picaran 500 mosquitos a la vez, como si me estuvieran clavando cuatro cuchillos en el estómago. Sí, así se siente. Así que, voces agudas, abstenerse, porque, no las voy a tratar bien. Están avisadas.

- Los que se comen demasiado las "s", conjugan mal los verbos o alguna deformación semejante: A esos me da ganas de putearlos nomás. O sea, me sale el instinto desagradable que tengo de corregir a la gente. Por ejemplo:
Persona: "Si habría sabido todo habría sido distinto" (llorando sobre mi hombro)
Yo: "Hubiera, hubiera" (a modo de consuelo)

- Los que hablan sin modular o demasiado bajo: Perdón por la hipocresía, ya sé que yo peco de ambas cosas constantemente, pero de mí no me molesta porque yo me escucho perfectamente bien, jaja. Ahora, a la gente que veo que es demasiado como yo, y no se le entiende un sorete cuando habla, por lo general no le digo nada e intento tolerarla bajo el precepto "vos también sos así, Euge", pero me dura poco. Sí, me dura poco porque pierdo el interés de hablar con dicha persona, es como que diga lo que diga, considerando el esfuerzo que tengo que hacer para entenderlo, deja de interesarme. Y por ende, dejo de intentar escucharlos.

- Los que tardan mucho en completar una idea o dejan frases inconclusas: ¡Ay que instintos asesinos por Dios! Mi mamá es de esas. "Euge me traerías, eh, eh, eh..." Siento que estoy perdiendo el tiempo. Y, depende de la confianza que tenga con la persona en cuestión, a veces opto por continuar otra actividad mientras la persona piensa, o directamente me voy con la frase "Hablamos cuando sepas que decirme"... A veces le propongo a mi mamá que antes de hablarme se escriba en un papelito un ayuda memoria, jaja.

- Los que tienen voz de locutor/a: Esas personas son buena onda e interesantes por definición, es casi un axioma de mi vida. De hecho sin son hombres, dependiendo de sus cualidades físicas, son las que tienen más chaces de que yo me enamore de ellos de una manera idílica. Pero de todas maneras, si no es así, lo que es seguro es que no voy a permitir críticas hacia esas personas porque... ¡son lo más!

- Los que tienen acento extranjero: Y más allá de mi predilección conocida por algunos acentos en especial, la verdad es que en general me agrada esta gente, sea de donde sea. Me conecta con el hecho de que son de otro lado y, por ende, usan otros fonemas y otras expresiones. Por lo general me interesa lo que dicen para poder analizarlos en detalle y obtener más información de su cultura en todo lo que se pueda inferir. Así que si me ven sonriendo como estúpida y asintiendo, seguramente estoy hablando con un extranjero.

Los que saben manejar el tono: Son esas personas que digan la boludez que digan, mediante el manejo de su voz y de su cuerpo, la hacen parecer interesante y entretenida. Esta gente me suele caer muy bien y me concepto de ellos es que son "unos ídolos", aunque hablen de trivialidades.

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