13.10.10

Dolor

"Las personas que padecen este síndrome suelen ocultarlo, ya que poseen buenas comunicación oral, un coeficiente intelectual dentro de lo normal e incluso, muchas veces, más alto de lo normal, y un estilo de vida solitario, como todo esto es común en el comportamiento de los seres humanos, se hace muy difícil saber quién posee este síndrome. Pero las deficiencias se pueden observar en situaciones nuevas o en situaciones sociales que exigen otro tipo de comportamiento que no es el habitual.
Podemos enfatizar que las personas con síndrome de Asperger manifiestan comportamientos de mala adaptación en diversos entornos, y esto se debe a que estos individuos poseen un escaso entendimiento de los fenómenos sociales y por eso su asombro cuando deben afrontar experiencias nuevas."

"Los niños con Síndrome de Asperger tienen una inteligencia normal, pero escasa interacción social y emocional. Sus patrones del habla son raros y la entonación al hablar es monocorde. Les resulta difícil interpretar las expresiones de la cara y entablar relaciones con sus compañeros apropiadas para la edad. Se obsesionan por temas poco usuales y tienen conductas repetitivas. Debido a su modo pedante al hablar, los niños con SA suelen recibir el mote de “Maestrito” o “Sabelotodo”."



Me suscita mucho pesar tener que hablar de esto, otra vez. Pero siento que no me están creyendo, que no hacen más que culparme. Que les gustaría que fuera responsable de todo esto.
No sé como hacer para que alguien que no es como yo entienda como veo el mundo. Menos, especialmente, cuando soy yo la equivocada. Porque, veamos, trastorno aparte, el papel de la mala me tocó a mí.

Y se me vienen a la mente retazos de conversaciones con Lulo Sietecase, el diciéndome que hablo demasiado bajo, que cada vez que lo miro lo rebajo, que soy re forra, que está mal mirar de la manera que miro yo. Tal vez sea uno de los pocos valientes que se atreve a decir estas cosas, que me hace dar cuenta. ¡Y ustedes no me creen que no me doy cuenta!
Y pienso en Marisol, allá en el año 2006, cuando le anoté en la carpeta: "Yo no voy a decir falsedades" o algo así. ¡Oh Dios! ¡Pretendía ser graciosa! Unos cuantos meses después me enteré que ella se había quedado llorando. O cuando Manuel (niño del gimnasio) le dijo a mi mamá: "Tu hija me odia"... y yo todavía no registro el momento en que lo miré (y de seguro que no fue con una mala intención).

Pero es al pedo, ustedes me van a decir "Pero si a mí también me pasó" y va a ser mentira, a menos que tengan Asperger, lo más probable es que les haya pasado una vez o dos. No todo los días, no cuando no quieren, no aún intentando ser simpáticos.

Porque seguro todos se sintieron heridos por alguna mirada o comentario mío y no me lo dijeron. Y yo no me voy a enterar (porque no puedo, no puedo, DIOS MÍO, EN SERIO, NO PUEDO) y ustedes van a formar esa hermosa imagen de mí. Y yo no me voy a dar cuenta de nada de todo eso... Ni de lo que dije, ni del efecto de lo que dije. De nada.

Y entonces, a los 16 años, un día mi mamá atina a decirme que sus amigos piensan que soy una forra. Y yo acá, sin poder imaginarse, cuáles amigos, y porqué.
Sintiéndome culpable por cosas que no recuerdo.
Con rabia, por ser la mala sin querer. Sin poder ser la buena, jamás.
Y porque cualquier amigo mío puede decirme que no soy mala con ellos (les apuesto que nos hicimos amigos por msn, único lugar del mundo donde puedo causar la imagen que quiero causar y no otra), sin darse cuenta tal vez, que se libraron de los prejuicios antes de tenerlos, o sin pensar que algún día voy a decirles algo muy hiriente. Y tal vez me lo perdonen.

O tal vez no.

Y yo no me voy a dar cuenta.


MIERDA. Me gustaría poder darles un abrazo si no fuera porque me siento de madera cada vez que lo hago, sino fuera porque me hace poner nerviosa y porque no siento los abrazos que doy (aunque sí los que recibo, depende de quién me los dé y de cuanto los necesite). Y no sé si se dan cuenta la gravedad de ese "no siento", es un "no siento" que se extiende a: no tengo la capacidad de consolar a una persona por instinto primario, no siento pena por mis amigos aunque estén en una situación difícil, no  considero las obligaciones de dar el asiento ni de ayudar a un ciego, etc.

A cualquiera le puede parecer que esto último es meramente de forra.
Pero es que no tengo registro de las necesidades de las demás personas. Y tampoco tengo el acto espontáneo de ponerme al servicio de los demás.
Obvio que estas cosas ("ciudadanas" digamos) se pueden aprender... ¡pero no saben lo que cuesta!
Es vencer la timidez, y el pensamiento constante en tu cabeza de que estás siendo desubicado, invasivo y acartonado (porque no estás sintiendo lo que hacés realmente).
Y es actuar y actuar y actuar.

Y a veces uno se cansa de actuar.
Entonces no hace nada y vive la vida como la siente uno. Y es natural y despreocupado y se siente bien.

Y ahí se reinician los problemas.

Cuanto más natural se es, con este puto Síndrome... mejor se siente uno y peor se siente la otra persona (y entonces peor se empieza a sentir uno).

Me siento un extraterreste.
De los malos.

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