20.09.09
Era raro que estuviera otra vez ahí. Por un momento escuché el "te amo" de su boca y tirité en el frío de Junio. Por un leve momento, todo eso había sido cierto. "Otro sueño" me alivié casi decepcionada, al mirar la alarma y comprobar que eran las siete de la mañana del 20 de septiembre de 2009, a sólo un día para la primavera. Pero daba igual, de todas maneras, estaba encerrada en el invierno.
"- Nunca me gustaron las bandas de reggae, tocan canciones como de cuna. Me duermo.-
- Me pasa lo mismo, pero esta es distinta, mirá:-
'Fácil decirlo, pero como cuesta dar con ese instante para decirte que tengo, tengo una intriga que no descansa. Tengo mucha curiosidad, y aunque el agua está bien clara no veo como saltar. Y ya sé que todo miedo...'- ...Esconde un deseo, ¿no?
- Un deseo."
El deseo de saltar que tenía ahora.
Estaba llegando a la escuela tal vez, o quizá también podía estar doblando por la esquina contraria esta vez.
"-¿Qué hacés acá? - eso ha sido un grito sobresaltado, o por lo menos eso había sentido mientras el corazón se me aceleraba.
- Te espero, como siempre.
- ¡Volviste! - que grande fue ese abrazo en el que nos permitimos estrecharnos otra vez él y yo, mientras ni la lluvia ni la sorpresa nos hubieran detenido - Vení, vamos a casa, tengo algo que mostrarte..."
No sabía porqué mamá tardaba tanto hoy, ni porqué yo la estaba esperando afuera. ¿Qué había pasado hoy? No lo sabía. Nada, supondría, ¿por qué habría de pasar algo? Incertidumbre tal vez, ella siempre pasaba. Pero... hubiera sido tan agradable si él sólo estuviera aunque más no fuera entre mis contactos del celular. ¿Para qué lo había borrado?
Para no enfermarme, claro.
Y allí estaba mamá, en su pequeño auto gris, saludándome entusiasta con la mano.
- ¿Y? ¿Cómo te fue hoy? ¿Algo que contar?-
- En realidad no sé...- ...pero tal vez el auto arrancara pronto y dejara atrás toda sensación de pensamiento.
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